Lo que no viste de la final de la Copa Libertadores
Ustedes, protagonistas, vieron prácticamente todo lo que se le puede pedir a una final de la Copa Libertadores.
Ustedes, protagonistas, vieron prácticamente todo lo que se le puede pedir a una final de la Copa Libertadores.
Vieron a Germán Cano acudir religiosamente a su cita con el gol para abrir el marcador, al peruano Advíncula ser el primer extranjero en anotar en una final para Boca y reconocerse así mismo como CR7: “Yo aquí, yo aquí”.
Seguramente, se quedaron como nosotros cuando John Kenedy vivió el minuto más insólito de su vida: marcó un golazo, adelantó a su equipo, celebró con los suyos para terminar viendo la segunda tarjeta amarilla por ir a la grada de sus hinchas e irse expulsado.
Sin embargo, pasaron muchas antes, durante y después del partido que quizás no vieron…
Como por ejemplo, un hincha de Boca que dejó Argentina en busca de una mejor vida. Y qué tal el aficionado que su cuerpo parece un lienzo Xeneize.
Seguramente no se percataron de la única persona que acertó el pronóstico del partido.
La llegada al estadio tuvo mucha épica, la marea de Boca desde los cielos, Marcelo concentrado, Cavani desviando la vista del jugador de Fluminense que celebra a su espalda y ya en el césped los segundos previos a la batalla futbolística.
Durante el juego, quizás no vieron a los hinchas de Boca pedir la victoria con toda su fe, a Del Potro de incógnito rezar con ellos, a Marcelo sacar un córner mientras ondeaba la bandera de El Salvador en la hinchada de Boca y quizás tampoco verían a Sergio Romero siendo consolado por su familia…
Lo que seguramente sí vieron, ustedes protagonistas de esta fiesta, fueron las lágrimas, las lágrimas de la emoción previas a una final, las lágrimas durante el partido y los últimos llantos de felicidad.