En su lugar, Kyrie Irving firmará un nuevo contrato de tres años por 119 millones de dólares para quedarse en Dallas. El acuerdo, que incluye una opción de jugador para la temporada 2027-28, asegura su futuro con la franquicia en una nueva era construida alrededor de una plantilla renovada.

Estabilidad tras una temporada tumultuosa

La decisión de Irving llega después de una temporada marcada por su brillantez individual y la inestabilidad del equipo. El base de 33 años promedió 24.7 puntos, 4.8 rebotes y 4.6 asistencias por partido, con un destacado 47.3% en tiros de campo y 40.1% en triples.

Su campaña se vio interrumpida en marzo por un desgarro del ligamento cruzado anterior, pero su liderazgo y producción fueron vitales mientras los Mavericks lidiaban con las secuelas del traspaso de Luka Dončić a Los Angeles Lakers en febrero.

Con Dončić fuera y Anthony Davis como nuevo pilar en la pintura, Dallas hizo de la renovación de Irving una prioridad, especialmente ante la esperada llegada del fenómeno de Duke, Cooper Flagg, como la primera selección del próximo Draft de la NBA.

El nuevo contrato le brinda a Irving seguridad a largo plazo mientras continúa su rehabilitación, con un posible regreso previsto para enero de 2026. Para los Mavericks, el acuerdo reduce ligeramente el salario anual de Irving, lo que otorga mayor flexibilidad salarial y permite al equipo utilizar la excepción de nivel medio para contribuyentes de $5.7 millones con el fin de reforzar aún más la plantilla.

Las aspiraciones de campeonato de los Mavericks

Al asegurar la continuidad de Irving, Dallas consolida su nuevo núcleo, que incluirá al propio Irving, Anthony Davis y el próximo número uno del Draft, Cooper Flagg. El gerente general Nico Harrison y el entrenador Jason Kidd han subrayado la importancia del liderazgo y la experiencia de Irving mientras el equipo entra en una nueva etapa de competitividad.

Ejecutivos rivales habían especulado que Irving podría aspirar a entre $50 y $60 millones anuales en el mercado abierto, pero su lesión al final de la temporada hizo que una extensión a largo plazo con Dallas fuera el resultado más lógico para ambas partes.

La extensión de Irving señala la intención de los Mavericks de seguir siendo relevantes en la Conferencia Oeste y competir por el título, incluso mientras la plantilla atraviesa cambios significativos. El acuerdo también le permite a Dallas evitar la mala imagen de perder a dos escoltas All-NBA en el mismo año, manteniendo así estabilidad y entusiasmo mientras la franquicia se prepara para el debut de su nuevo “Big Three”.

Los Mavericks buscarán construir en torno a la visión de juego y capacidad anotadora de Irving, la presencia interior de Davis y el potencial integral de Flagg, con el objetivo de regresar a la contienda por los playoffs tras una decepcionante campaña 2024-25. Con el futuro de Irving asegurado, Dallas ahora centrará su atención en la agencia libre y el draft, con la esperanza de armar una plantilla capaz de desafiar a la élite de la NBA.