La selección puso fin a semanas de especulación e intriga en torno a su proceso de draft. El camino de Ace Bailey hacia Salt Lake City estuvo marcado por maniobras estratégicas, giros inesperados y un error de relaciones públicas que se convirtió en uno de los temas más comentados del draft.

Un proceso previo al draft caótico

Bailey llegó al draft como uno de los prospectos más cotizados, ubicado incluso en el puesto No. 3 en muchas listas de expertos y proyectado durante gran parte del año como una selección entre los tres primeros. Sin embargo, su estrategia previa al draft levantó sospechas en toda la liga.

Según reportes, Bailey y su equipo rechazaron entrenamientos y reuniones con varios equipos del top 5, incluyendo la cancelación de una sesión con los Philadelphia 76ers, que tenían la tercera selección. De acuerdo con múltiples fuentes, Bailey prefería aterrizar en los Washington Wizards, New Orleans Pelicans o Brooklyn Nets — equipos con las selecciones 6, 7 y 8 — en lugar de Utah o Charlotte.

A pesar de estos esfuerzos por influir en su destino en el draft, los Jazz no se dejaron intimidar. Utah eligió a Bailey en la quinta posición, ignorando la ausencia de entrenamiento previo y sus preferencias declaradas. Después del draft, Bailey admitió que “no tenía idea” de que los Jazz lo seleccionarían y reconoció que Utah no estaba entre sus destinos preferidos.

La adaptación de Ace Bailey con los Utah Jazz

Aunque el proceso fue complicado, Bailey ahora se encuentra en una posición para tener un impacto inmediato. Los Jazz, que vienen de una temporada con el peor récord de la liga (17-65), tienen una urgente necesidad de potencia ofensiva y una amplia oportunidad para que un anotador joven aporte desde el primer momento.

Bailey, quien promedió 17.6 puntos y 7.2 rebotes por partido con un 46% de efectividad en tiros de campo (34.6% en triples) como novato en Rutgers, aporta tamaño (2.06 metros con zapatillas), capacidad para anotar y potencial para convertirse en una opción principal en la ofensiva.

Austin Ainge, presidente de operaciones de baloncesto de Utah, expresó confianza en la adaptación de Bailey al equipo, destacando la emoción de la organización por su talento y potencial. El propio Bailey habló sobre su ética de trabajo y su deseo de motivar a sus compañeros, afirmando: “Quiero llegar y ser un líder siendo un joven.”

Caída en el draft y percepción pública

El descenso de Bailey en la noche del draft, de ser proyectado como una selección entre los tres primeros a caer al puesto No. 5, tuvo menos que ver con su habilidad en la cancha y más con la percepción pública sobre sus maniobras previas al draft.

Los analistas lo calificaron ampliamente como un “error de relaciones públicas”, señalando que los intentos de su equipo por asegurar un destino preferido resultaron contraproducentes y posiblemente le costaron tanto posición en el draft como buena voluntad pública.

No obstante, el talento bruto y el potencial de Bailey siguen siendo muy valorados, y la plantilla en reconstrucción de Utah podría ofrecer el ambiente ideal para su desarrollo.

A medida que Bailey inicia su trayectoria en la NBA, la atención se trasladará de su saga en el draft a su desempeño en la cancha. Si logra trasladar su capacidad anotadora y atletismo al siguiente nivel, los Jazz podrían haber encontrado una pieza fundamental para su futuro.