Los Knicks aseguran a Mikal Bridges con una extensión monumental
Recién salido de romper una sequía de décadas sin playoffs, Mikal Bridges acuerda un contrato a largo plazo y posiciona a los Knicks como un verdadero candidato al título en el Este.
La asociación de Mikal Bridges con los New York Knicks se oficializó el verano pasado, definiendo la nueva dirección del equipo.
Los Knicks pagaron caro, enviando cinco selecciones de primera ronda, un intercambio, a Bojan Bogdanovic y otros activos a los Brooklyn Nets, uno de los paquetes de traspaso más agresivos en la historia reciente de la NBA.
Bridges, conocido por su resistencia y su juego élite de “3 y D”, se reunió con sus excompañeros de Villanova, Jalen Brunson y Josh Hart, fortaleciendo al instante la defensa y las aspiraciones de playoffs de los Knicks.
Contrato de cuatro años y 150 millones de dólares apuesta al futuro
El 31 de julio, Bridges acordó una extensión de contrato por cuatro años y 150 millones con New York, que lo mantiene en naranja y azul hasta al menos 2029.
El acuerdo, que incluye una opción de jugador para el último año y una cláusula de traspaso, es notable por estar ligeramente por debajo del máximo para Bridges—dejó 6 millones sobre la mesa para dar a la gerencia más flexibilidad en la construcción de la plantilla, en la era de estrictos límites salariales de la NBA.
La extensión de Bridges llega tras una temporada en la que jugó los 82 partidos de temporada regular, una consistencia notable que le ha valido el apodo de “hombre de hierro” en la NBA, título que ha mantenido toda su carrera.
Con promedios de 17.6 puntos, 3.2 rebotes y 3.7 asistencias, además de una defensa implacable durante los playoffs, Bridges se volvió una presencia esencial. Su rol, aunque menos dominante ofensivamente que en Brooklyn, encajó a la perfección en el enfoque equilibrado de New York y su profunda carrera en postemporada.
Aspiraciones de campeonato y altas expectativas
Esta extensión refleja la determinación de los Knicks por construir alrededor de un núcleo local y cohesionado. Junto a Brunson, Karl-Anthony Towns, OG Anunoby y Hart—todos bajo control del equipo al menos por dos temporadas más—Bridges no es visto como una estrella solitaria, sino como la pieza que eleva a New York de favorito oscuro a verdadero candidato al título.
La estrategia de la directiva jugó un papel clave: una hábil gestión del tope salarial mantiene a los Knicks competitivos tanto dentro de la cancha como en el mercado. El nuevo entrenador Mike Brown hereda un equipo con química, versatilidad defensiva de élite y, por primera vez en una generación, expectativas que van más allá de las Finales de la Conferencia Este.
La estructura del contrato permite que Bridges pueda entrar en agencia libre en su mejor momento si así lo desea, pero le da a New York una presencia estable y de alto impacto mientras persiguen su primer título de la NBA desde 1973. El mensaje es claro: los Knicks van con todo, con una plantilla diseñada para el éxito sostenido y una estrella como Bridges dispuesta a sacrificarse por el bien común.
Como siempre en New York, el foco es intenso. Pero con Mikal Bridges asegurado y una plantilla reforzada a su alrededor, las expectativas de los Knicks están más altas que en décadas.