“No soy la cara del boxeo”

En medio de la expectación por su próxima pelea, Gervonta Davis sorprendió con unas declaraciones que reflejan su postura ante la fama. “No soy la cara del boxeo. Solo soy alguien que boxea”, dijo el campeón ligero de la AMB durante una conferencia de prensa en Nueva York.

Con 30 años y una impresionante marca de 30-0-1 con 28 nocauts, Davis se ha convertido en una figura clave del pugilismo gracias a su estilo explosivo y su capacidad para llenar arenas en Estados Unidos. Aun así, el nacido en Baltimore asegura que el reconocimiento mediático no está entre sus prioridades.

Mientras otros buscan posicionarse como referentes del deporte, él prefiere concentrarse en su preparación para el espectáculo del 14 de noviembre, donde enfrentará al youtuber convertido en boxeador Jake Paul en el Kaseya Center de Miami.

Un combate mediático, pero con Davis en segundo plano

La pelea entre Gervonta Davis y Jake Paul se llevará a cabo en un peso pactado de 195 libras, 60 más que la división habitual de Davis. Se espera que la transmisión por Netflix atraiga una enorme audiencia global, más por la figura mediática de Paul que por el propio Davis, quien ha optado por mantenerse en un perfil bajo.

Davis aceptó este enfrentamiento luego de una serie de negociaciones, a pesar de que muchos esperaban que diera prioridad a una revancha con Lamont Roach, con quien empató en un polémico combate el 1 de marzo en el Barclays Center de Brooklyn. Inicialmente, el boxeador había mostrado disposición para repetir el duelo, pero cambió de rumbo y eligió subirse al ring con Paul.

Otra etapa en su relación con la fama

Hace algunos años, Gervonta Davis reconocía sentirse cómodo con el estatus de “estrella” dentro del boxeo. Hoy, en cambio, parece decidido a dejar que otros carguen con ese papel. Mientras Jake Paul acapara los reflectores con su estilo provocador y su estrategia mediática, Davis prefiere que su boxeo hable por él.

Aunque el combate tiene tintes de exhibición, podría marcar un punto interesante en la narrativa pública de ambos. Mientras Paul busca validación deportiva, Davis se mantiene firme en su decisión de no perseguir el protagonismo.