El 8 de julio de 2014, se jugó uno de los partidos más impactantes en la historia del fútbol: el 7-1 de Alemania frente a Brasil en las semifinales del Mundial 2014, donde la 'Canarinha' era anfitriona. El Estádio Mineirão de Belo Horizonte fue testigo de un duelo que dejó una huella comparable al célebre 'Maracanazo' de 1950, siendo esta derrota conocida como 'Mineirazo'.

Lo que se esperaba como un duelo igualado por un lugar en la final de Río de Janeiro se convirtió en una devastadora afrenta para el orgullo de Brasil. A la media hora de juego, el marcador ya mostraba un contundente 5-0 con goles de Thomas Müller, Miroslav Klose, Toni Kroos (dos veces) y Sami Khedira. Las imágenes de los aficionados brasileños llorando en las gradas reflejaban la desolación del momento.

En la segunda mitad, Alemania sumó dos goles más por parte de André Schürrle, mientras que Oscar marcó el único gol para Brasil. Miroslav Klose rompió el récord de Ronaldo Nazário al alcanzar 16 goles en Mundiales. David Luiz, capitán por la sanción de Thiago Silva, no pudo contener las lágrimas al ver cómo Alemania avanzaba a la final.

Joachim Löw, el seleccionador alemán, recordó en un artículo de la Federación Alemana, cómo todo salió bien en ese juego. Alemania supo aprovechar el impulso inicial de Brasil y, tras el primer gol, los brasileños avanzaron ciegamente, lo que permitió a Alemania marcar repetidamente en minutos. Löw subrayó la importancia del respeto al oponente y destacó la reacción respetuosa y empática de los brasileños tras el partido.