La Liga de Quito logró una clasificación histórica a las semifinales de la Copa Libertadores tras derrotar 0-1 al São Paulo en el estadio Morumbí y cerrar la serie de cuartos con un global de 3-0. Más allá del gol de Jeison Medina, el gran protagonista de la noche fue el guardameta Gonzalo Valle, quien con 11 paradas se convirtió en una muralla infranqueable y sostuvo al equipo ecuatoriano en sus momentos más críticos.

Valle, el muro del Morumbí

Desde el inicio, el São Paulo de Hernán Crespo asumió la iniciativa, consciente de que necesitaba al menos tres goles para remontar. Durante la primera media hora, el conjunto local atacó con insistencia, pero se topó una y otra vez con las manos seguras de Valle, que se lució bajo los palos y transmitió seguridad a toda su defensa.

El golpe para los brasileños llegó en el minuto 41, cuando Jeison Medina aprovechó un contragolpe letal, dejó atrás a Alan Franco y definió al palo izquierdo de Rafael, silenciando al estadio. Con ese tanto, la eliminatoria quedó prácticamente sentenciada, pero aún faltaba lo mejor de Valle.

En la segunda parte, el portero ecuatoriano se multiplicó para contener hasta 11 disparos a puerta, frustrando a delanteros como Luciano y evitando que el rival encontrara el gol que lo metiera de nuevo en la pelea. Incluso en una jugada confusa en la que chocó con el atacante brasileño, Valle mantuvo la concentración y volvió a responder con solvencia.

LDU vuelve a una semifinal después de 17 años

El 0-1 obligó al São Paulo a lanzarse desesperadamente en ataque, pero sus intentos fueron previsibles y carecieron de contundencia. La LDU Quito, bien ordenada y con un Valle inspirado, resistió hasta el final para sellar un resultado que la devuelve a unas semifinales del máximo torneo continental después de 17 años.

El próximo reto del conjunto ecuatoriano será enfrentar al Palmeiras, que eliminó al River Plate y llega como favorito. Sin embargo, con la solidez mostrada en Brasil y la figura de Gonzalo Valle en estado de gracia, el equipo quiteño ha demostrado que tiene argumentos para soñar con llegar aún más lejos.

La noche en el Morumbí quedará marcada como la del show del arquero ecuatoriano, quien con sus 11 atajadas fue el héroe silencioso que mantuvo vivo el sueño copero de la Liga.