Primer desafío: elegir a los indicados

Apenas unos días después de confirmarse su nombramiento, Carlo Ancelotti ya siente el peso del banquillo de la Selección de Brasil. Su primera tarea no es menor: enviar a la FIFA antes del próximo domingo la prelista de jugadores que optarán a representar a la Canarinha en los partidos clasificatorios rumbo al Mundial 2026 ante Ecuador y Paraguay.

La CBF ha confiado plenamente en Ancelotti para liderar la reconstrucción de un equipo golpeado anímicamente tras su caída en Buenos Aires ante Argentina (4-1) y una campaña plagada de dudas. Esta prelista será el primer filtro hacia una convocatoria definitiva que se anunciará a finales de mayo, una decisión que en Brasil ha sido calificada como “cuestión de Estado”.

El entrenador italiano deberá seleccionar a 23 nombres de una nómina preliminar extensa y controvertida, marcada por el estado físico de Neymar Jr., quien aún no se ha recuperado completamente de su lesión. Además, tendrá que gestionar un vestuario complejo, en el que figuras como Vinícius Jr., Casemiro y el propio Rodrygo llegan en medio de temporadas irregulares y con conflictos internos en sus respectivos clubes.

Ancelotti, la esperanza de un país en crisis futbolística

La llegada de Carlo Ancelotti marca un antes y un después en la historia de la Selección Brasileña, no solo por ser el primer extranjero en asumir el cargo desde 1965, sino por el momento en el que aterriza: un equipo herido, sin identidad futbolística y urgido de resultados.

Con un contrato hasta el final del Mundial de 2026 y un salario que podría alcanzar los 15 millones de euros si gana el torneo, el entrenador más laureado de la Champions League tendrá su debut oficial el 5 de junio en Guayaquil. Cuatro días después, recibirá a Paraguay en São Paulo, en el estadio del Corinthians.

La misión de Ancelotti es clara: reencaminar al pentacampeón del mundo y devolverle la competitividad perdida. Y todo empieza con una decisión inminente: elegir a sus primeros guerreros.