En una cobertura exclusiva de beIN SPORTS USA con Andibonamino, la pasión sudamericana se hizo sentir como nunca en Miami durante el Mundial de Clubes. Lejos de intimidarse ante la historia y el poderío económico de los clubes europeos, los aficionados y jugadores de América Latina levantaron la voz para dejar claro que el mito de la supremacía europea empieza a desmoronarse.

Desde el empate de Palmeiras ante un equipo europeo hasta la intensidad con la que Boca Juniors enfrentó al Bayern Múnich, el mensaje fue contundente: en el fútbol moderno, nadie gana con la camiseta. "¿Quién debería tener miedo? Ese mito de la superioridad europea se está cayendo a pedazos", decía uno de los entrevistados por Andibonamino, en medio de un mar de camisetas azul y oro.

El entorno en el Hard Rock Stadium lo reflejaba: banderas argentinas, cánticos, humo de parrillas y miles de voces cantando “Dale Boca” hicieron que el Bayern se sintiera visitante. Incluso Vincent Kompany, entrenador del equipo alemán, admitió que el ambiente era una auténtica prueba de fuego para los suyos.

Aunque Boca cayó 2-1 con un gol agónico de Michael Olise, el espíritu competitivo de los equipos de la Conmebol quedó intacto. Ya son nueve partidos con solo tres derrotas ante europeos, y en todos, los sudamericanos dejaron huella. América gritó fuerte: la distancia ya no existe y el respeto se gana en la cancha.