El regreso al lugar del dolor

Este sábado, el Barcelona de Hansi Flick volverá a Butarque, una plaza que les trae más incertidumbre que confianza. Aunque los blaugranas vienen de golear al Borussia Dortmund en la Champions League, la memoria reciente del tropiezo ante el Leganés en diciembre sigue presente. En aquel duelo, el equipo catalán cayó por 1-0 y perdió por lesión a uno de sus talentos más prometedores: Lamine Yamal.

El joven extremo, entonces con molestias desde el minuto 16, sufrió un esguince de tobillo derecho tras una dura entrada de Yvan Neyou. Aunque aguantó en el campo hasta el minuto 76, los estudios posteriores revelaron una “lesión de grado 1 del ligamento intertibio-peroneo anterior”, que lo dejó fuera por varias semanas y encendió las alarmas en el cuerpo técnico.

El regreso al mismo estadio y frente al mismo jugador ha despertado una mezcla de emociones en el entorno culé. Y no es para menos: Yamal es una pieza clave en el ataque del equipo, y cualquier recaída podría comprometer los objetivos deportivos de la temporada.

Un reencuentro bajo tensión

En el vestidor del Barcelona, la situación no pasa desapercibida. Aunque Lamine Yamal ha mostrado una recuperación total y viene de firmar actuaciones de alto nivel, incluido un golazo ante el Dortmund, la sombra de su anterior enfrentamiento con Neyou genera inquietud.

Fuentes cercanas al club aseguran que el propio jugador ha manifestado cierta ansiedad por el reencuentro, aunque confía en que el duelo se desarrolle sin sobresaltos. No se trata de miedo, sino de precaución ante un rival que ya dejó huella física en su carrera.

Hansi Flick, consciente de la situación, ha manejado el tema con cautela en la previa. No quiso entrar en polémicas, pero sí señaló que cuidará a todos sus futbolistas en un tramo clave del curso. El entrenador sabe que no puede arriesgar la salud de una de sus joyas más valiosas.

Mientras el foco está puesto en los puntos de LaLiga, en el Barcelona también se vigila cada paso de Yamal. Porque su talento puede ser decisivo, pero su integridad física es prioridad. Y en Butarque, todo recuerda que una entrada puede cambiarlo todo.