Una inversión de alto riesgo

El objetivo del Barcelona es blindar al futbolista y evitar que clubes de la Premier League o el Paris Saint-Germain intenten seducirlo con ofertas desorbitadas. Sin embargo, este tipo de contratos, como el que en su momento tuvo Messi, también implican un compromiso financiero a largo plazo que podría volverse una carga si el rendimiento del jugador no se mantiene o si surgen lesiones.

Laporta insiste en que el proyecto con Lamine Yamal va más allá del dinero. Lo considera un símbolo de identidad para el club y un referente para las nuevas generaciones. “Es catalán, del Barça… se siente identificado y está bien asesorado”, dijo.

Todo apunta a que el acuerdo se firmará en julio, pero queda por ver si esta apuesta por convertir al joven en el nuevo emblema del Barcelona será una decisión estratégica o un riesgo demasiado alto para la economía culé.