El regreso más esperado

El FC Barcelona volvió a casa. Este lunes, el conjunto azulgrana regresó al Spotify Camp Nou para un entrenamiento de puertas abiertas que reunió a 21.795 aficionados, en una jornada tan simbólica como inolvidable. Las gradas de Tribuna y Gol Sud se llenaron casi por completo para recibir al equipo de Hansi Flick, que volvió a sentir el calor de su afición después de meses de ausencia en su templo.

Desde las 9:30 de la mañana, los hinchas comenzaron a ocupar sus asientos entre aplausos y cánticos. Cuando los jugadores pisaron el renovado césped, la ovación fue ensordecedora, especialmente para Lamine Yamal, el joven talento que ya es emblema del presente y futuro culé. El ambiente, aunque más emotivo que ruidoso, reflejó la profunda conexión entre el club y su gente.

Una jornada especial dentro y fuera del campo

El evento contó con la presencia de 180 periodistas acreditados, que siguieron el histórico entrenamiento desde la Tribuna de Prensa provisional, ubicada justo detrás de la Llotja d’Honor. Aunque el estadio aún luce parte de las grúas y zonas en obra, la emoción se impuso a la estética. Para los jugadores fue un momento muy especial, especialmente para aquellos que nunca habían pisado el Camp Nou.

El técnico Hansi Flick vivió por primera vez la energía del estadio desde el césped, mientras que jugadores como Szczęsny, Rashford, Casadó, Fermín, Olmo, Cubarsí o Bardghji disfrutaron de su primer contacto con el “nuevo Camp Nou”. El club explicó que, en su primera fase, el estadio contará con la grada Lateral completamente abierta, antes de ampliar el acceso a la Primera y Segunda Gradería en etapas posteriores.

El nuevo templo azulgrana comienza a latir

A pesar del entorno aún en reconstrucción, el entrenamiento sirvió como una primera prueba de lo que será el regreso total al Spotify Camp Nou. Los futbolistas y el público pudieron imaginar cómo se verá el estadio una vez reabierto en su totalidad: imponente, moderno y fiel a su esencia.

Con el eco de los aplausos, las risas y las emociones, el estadio volvió a cobrar vida. El Barça no solo recuperó su casa, sino también su espíritu. Y con más de 21.000 voces coreando su nombre, quedó claro que el corazón del Camp Nou ha vuelto a latir más fuerte que nunca