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Real Madrid ya prepara su próximo ataque en la guerra que mantiene contra el Balón de Oro
El Real Madrid sigue sin perdonar: tres nominados al Balón de Oro, pero el club mantiene su guerra abierta y podría no enviar a nadie a la gala.
Un conflicto que no se apaga
La tensión entre el Real Madrid y los organizadores del Balón de Oro está más viva que nunca. Lo que comenzó en 2023 como un gesto de protesta tras la derrota de Vinicius Jr. en la carrera por el galardón, se ha convertido en un pulso abierto que amenaza con repetirse este año.
Desde el club blanco consideraron una falta de respeto que, tras ganar la Champions, ningún jugador merengue se llevara el premio. Para la directiva, Vini era el gran favorito y, en su defecto, Dani Carvajal había hecho más méritos que el finalmente ganador, Rodri del Manchester City. Como respuesta, la entidad decidió no asistir a la gala, lanzando un mensaje directo a la UEFA y a la organización.
Tres nominados, cero reconocimiento
Lejos de acercar posturas, el pulso continúa. Según informa Marca, France Football intentó limar asperezas viajando a Madrid para reunirse con representantes del club, pero las conversaciones no tuvieron éxito.

El contraste es llamativo: el Real Madrid cuenta con tres nominados al Balón de Oro masculino —Kylian Mbappé, Vinicius Jr. y Jude Bellingham— además de Caroline Weir en la categoría femenina. En los premios juveniles, Huijsen y Linda Caicedo aspiran al Kopa Trophy, mientras que Thibaut Courtois está en la terna al Yashin Trophy como mejor portero.
Sin embargo, el club no ha hecho mención alguna a estas nominaciones en sus medios oficiales, una señal inequívoca de que la relación sigue rota.
¿Ausencia en París?
La gala del Balón de Oro 2025 se celebrará el 22 de septiembre en el Théâtre du Châtelet de París, pero todo indica que tampoco habrá representación madridista. Aunque no existe confirmación oficial, en la entidad creen poco probable que algún directivo o futbolista se presente en la ceremonia.
Más allá de lo deportivo, el enfrentamiento refleja un distanciamiento institucional que podría marcar un antes y un después en la relación entre el club más laureado de Europa y uno de los premios más prestigiosos del fútbol mundial.