El dato contra el relato

Las palabras de Xabi Alonso tras el duelo con Osasuna quisieron transmitir calma: “No ocurre nada, cuento con él”. Sin embargo, las cifras dicen lo contrario. De siete partidos oficiales, Rodrygo solo ha sido titular en uno y suma apenas 93 minutos de 630 posibles. Ni siquiera en la primera jornada de LaLiga, con Bellingham ausente, tuvo espacio. La fotografía es dura: sexto delantero en la rotación y sin celebrar aquel gol en el amistoso de Innsbruck.

La estadística pesa más que el discurso, y el brasileño lo sabe. El choque del domingo ante el Oviedo en el Tartiere puede ser la última oportunidad de revertir la visión que su entrenador parece tener de él.

Una temporada clave

La crisis llega en el peor momento. No es un curso cualquiera: el calendario desemboca en el Mundial 2026, obsesión para los futbolistas brasileños. En los planes de Ancelotti, Rodrygo sigue contando, pero necesita continuidad, goles y confianza. La competencia en la Seleção es feroz, y si no recupera protagonismo, su lugar en la lista estará en riesgo.

Desde aquel gol a Leipzig el 4 de marzo en Champions, todo ha sido oscuridad: ni goles, ni brillo, ni confianza. El punto más bajo, la final de Copa, donde fue sustituido al descanso para dejar paso a Mbappé.

¿Salida o redención?

Si decide abandonar el Real Madrid, tampoco lo tendrá fácil. El mercado cierra el 1 de septiembre y el club no planea malvenderlo por menos de 100 millones de euros. El Bayern ya apostó por Luis Díaz y desde el City no hay señales de movimiento. La ventana se agota y las opciones se reducen.

Lo único cierto es que el partido ante Oviedo puede ser el inicio de una redención… o el último paso hacia la puerta de salida.