El Paris Saint-Germain logró su segunda victoria consecutiva en la Ligue 1, esta vez frente al Angers en el Parque de los Príncipes. Con un solitario gol de Fabián Ruiz en el inicio del segundo tiempo, el conjunto parisino alcanzó los seis puntos y se mantiene en lo más alto de la clasificación, a la espera del resto de la jornada.

Fabián marca la diferencia en París

El partido estuvo dominado de principio a fin por el PSG, que llegó a tener posesiones de hasta el 80% en la primera mitad. Sin embargo, la claridad en el último tramo del campo volvió a ser un problema. Incluso, Ousmane Dembélé desperdició un penalti en la primera parte al enviar su disparo por encima del travesaño, manteniendo vivo al Angers.

Cuando parecía que la historia se complicaba, apareció Fabián Ruiz en el minuto 50. Tras un rechace en el área, el centrocampista español remató de primera para romper la igualdad y firmar el 1-0 definitivo. Fue apenas el segundo disparo entre los tres palos del PSG en todo el encuentro, pero suficiente para sumar tres puntos más y mantener el arranque perfecto del campeón francés.

PSG controla, pero sin brillar

El equipo dirigido por Luis Enrique aún no muestra el nivel arrollador con el que cerró la temporada pasada, cuando conquistó la Champions League, la Ligue 1, la Copa de Francia y las Supercopas de Francia y Europa. La ajustada pretemporada y la carga de partidos tras la final del Mundial de Clubes y la Supercopa de Europa parecen haber afectado el ritmo del conjunto parisino.

Pese a ello, el PSG no sufrió en defensa y mostró su habitual control en el medio campo. El Angers, bien ordenado atrás, apenas inquietó con algunos intentos aislados, pero nunca logró poner en riesgo real la portería parisina. La diferencia de calidad terminó imponiéndose, con un tanto que vale oro para seguir liderando la tabla.

Con dos triunfos por la mínima en las dos primeras fechas, primero con Vitinha y ahora con Fabián, el PSG demuestra que aún lejos de su mejor versión, tiene recursos suficientes para resolver partidos cerrados. La duda será cuánto tardará en recuperar la contundencia ofensiva que lo caracteriza.