En un momento crítico para el Inter Miami, Lionel Messi volvió a sacar su varita mágica para evitar otra derrota en una temporada que se ha complicado más de la cuenta. Con el equipo perdiendo 3-1 a falta de pocos minutos, el '10' argentino se encargó de poner el partido patas arriba con un impresionante gol de tiro libre en el minuto 87, liderando una remontada agónica que culminó en un empate 3-3 frente al Philadelphia Union, líder de la Conferencia Este.

Un golazo con sello de autor

Hasta ese instante, Messi había pasado desapercibido, más allá de un intento lejano en la primera mitad. Sin embargo, cuando el Inter más lo necesitaba, apareció con una ejecución quirúrgica desde 17 metros: la pelota se coló con potencia por el primer palo, dejando sin opciones al arquero Rick. Un golazo con el sello inconfundible de La Pulga que no solo recortó distancias, sino que inyectó vida a un equipo golpeado anímicamente por los malos resultados.

El tanto fue el punto de partida para una recta final de infarto. Ya en tiempo de descuento, Messi volvió a ser clave con una jugada llena de visión y precisión: tras combinar rápidamente con varios compañeros y ejecutar un caño exquisito, dejó el balón servido para que el venezolano Telasco Segovia marcara el empate con un derechazo al ángulo. Fue el cierre perfecto para un partido que parecía perdido y terminó siendo un pequeño alivio dentro de la crisis del equipo.

Un equipo que sigue sin levantar cabeza

A pesar del empate, el panorama sigue siendo preocupante para el Inter Miami, que apenas ha ganado uno de sus últimos ocho partidos. Las dudas defensivas persisten —han recibido 24 goles en 14 jornadas— y la presión aumenta con el Mundial de Clubes a la vuelta de la esquina. Javier Mascherano tiene trabajo por delante para recuperar la solidez de un equipo que, por ahora, solo encuentra respiro cuando su capitán hace magia.

Con este tanto, Messi alcanzó su sexto gol en once partidos de la MLS esta temporada y el número 67 de tiro libre en su carrera profesional. Pero más allá de los números, su aparición en la recta final del partido confirmó que, incluso en medio del caos, el Inter Miami puede seguir soñando mientras tenga al genio rosarino en la cancha.