El Chelsea acumuló su octavo partido sin victoria
Lampard, que llegó para ser transición hasta final temporada, no ha mejorado nada. Fue peor el remedio que la enfermedad y lleva cinco derrotas en cinco partidos.
EFE
El Chelsea tocó fondo incapaz tapar la sangría que padece desde hace tiempo y que ni siquiera ha podido disimular Frank Lampard, en el banquillo, de urgencia, que acumula derrota tras derrota, la última este miércoles ante el Brentford.
La temporada ha terminado para el equipo londinense, sin objetivo alguno. sin embargo, la deriva es peligrosa y puede caer a la parte baja de la tabla por primera vez desde la temporada 1995-96. Es el único desafío de los blues ya sin motivación después de ser eliminados de la Liga de Campeones y sin posibilidad de alcanzar la zona europea.
Lampard, que llegó para ser transición hasta final temporada, no ha mejorado nada. Fue peor el remedio que la enfermedad y lleva cinco derrotas en cinco partidos.
Ni siquiera pudo ofrecer una alegría a su afición con la visita del Brentford, al que reanimó. el conjunto de Thomas Franck llevaba seis partidos sin ganar. Fue acudir a Stamford Bridge y acabar con sus males.
Nada le sale bien al Chelsea al que la suerte le da la espalda. Sin nada a lo largo del juego el partido se desequilibró al borde del descanso, en un autogol de César Azpilicueta que no jugaba desde meses atrás. Fue en un córner botado desde la derecha de la meta de Kepa Arrizabalaga cuando, de cabeza, envió a la red su intento de despeje.
Da igual quién esté en el campo o los cambios y maniobras que decida Lampard. No contó con Joao Felix, o con Mykhaylo Mudrik. Les sacó al final. Antes, en el descanso, recurrió al gabonés Pierre-Emerick Aubameyang al que relegó hace tiempo. Tuvo la mejor ocasión, en un cabezazo que no entró por poco.
Los intentos del Chelsea por evitar la derrota se diluyeron del torno en el tramo final, cuando un robo de balón a Mudrik acabó con un pase de Shandon Baptiste al camerunés Bryan Mbeumo que lo hizo todo hasta alcanzar el área y cruzar el balón al otro lado de Azpilicueta.