Tras su ausencia en el funeral, el colombiano fue muy cuestionado. Pero finalmente viajó a Gondomar para despedirse de su compañero. Su emoción lo dijo todo.

Un gesto que valía más que mil palabras

Luis Díaz fue uno de los grandes ausentes en el funeral de Diogo Jota y su hermano André Silva, lo que desató una ola de críticas. En redes sociales, incluso fanáticos del Liverpool pidieron su salida del club por lo que consideraron una falta de respeto imperdonable. Pero este miércoles, el colombiano viajó a Gondomar, ciudad natal de los hermanos, y asistió a la misa del séptimo día en su memoria. Allí, se le vio visiblemente afectado, en silencio, con el rostro marcado por el dolor.

La ceremonia se celebró en la Iglesia Parroquial de Gondomar, y reunió a familiares, amigos y referentes del fútbol portugués. Alisson Becker, otro de los ausentes en el funeral, también acudió al homenaje tras superar dificultades logísticas.

Una despedida multitudinaria y conmovedora

A la misa acudieron figuras como Diogo Costa, José Sá, Rúben Neves, João Mário, Pedro Proença (presidente de la FPF) y el segundo entrenador de la selección, Ricardo Carvalho. También se sumaron empresarios, técnicos y la plantilla del Peñafiel, club donde jugaba André Silva.

Cerca de cien personas se congregaron a las puertas de la iglesia. Hubo abrazos, lágrimas, velas encendidas… y un silencio profundo. Luis Díaz, entre los presentes, vivió el momento conmovido y con respeto.

Una herida que tardará en sanar

Fuentes cercanas al colombiano explicaron que su ausencia inicial se debió a compromisos personales y asuntos profesionales que impidieron su traslado a tiempo. Pero su presencia en la misa fue una forma íntima y sincera de rendir homenaje. El fútbol aún llora la partida de los hermanos Jota.