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Neymar explota contra un aficionado y protagoniza escándalo tras la derrota del Santos ante Internacional
Gritos, insultos, frustración y un gol fantasma. El regreso de Neymar al Santos no es la historia feliz que muchos soñaban. El equipo no gana, la afición pierde la paciencia… y él, también.
Una bomba llamada Neymar
El ambiente en el Santos FC está más tenso que nunca. La derrota 2-1 ante el Internacional de Porto Alegre por la jornada 16 del Brasileirao 2025 dejó al equipo en zona de descenso… y al regreso de Neymar, en el ojo del huracán. Lo que debía ser una historia de redención se está convirtiendo en una pesadilla.
Al término del partido, un Neymar completamente fuera de sí se encaró con un aficionado desde las gradas. Con insultos y gestos ofensivos, el atacante respondió a los reclamos que le llovían mientras se retiraba del campo. La escena fue grabada por varios asistentes y no tardó en volverse viral, generando un nuevo escándalo alrededor del astro brasileño.
El momento en que perdió la cabeza
El episodio no fue aislado. Minutos antes del final, Neymar ya había intercambiado palabras con otros hinchas y hasta golpeó el banderín de córner tras celebrar un gol que nunca fue convalidado. En la jugada polémica, el brasileño remató con la zurda, el balón pegó en el poste y rodó cerca de la línea de gol. Él lo celebró como válido, pero el árbitro no lo concedió.
Las imágenes se viralizaron rápidamente, y aunque la jugada genera debate en redes, el VAR no corrigió la decisión. Neymar insistió con el reclamo durante varios segundos, encendiendo aún más a una hinchada que ya no tiene paciencia.
Cuatro goles, cero calma
Desde su esperado regreso al Peixe, Neymar apenas suma cuatro goles en el Brasileirao, y el equipo marcha 17° en la tabla con apenas 14 puntos en 15 partidos. La presión crece, y la frustración también. Esta vez, tuvo que ser el portero João Paulo quien interviniera para calmar al delantero y evitar que el altercado pasara a mayores.
La expectativa era grande, pero la realidad del Santos y de Neymar está muy lejos del guion soñado. Y lo peor: esto apenas comienza.