Histórico Derbi de Italia entre Inter y Juventus
Fue un partido de ida y vuelta constante, más parecido a la Premier League que al fútbol italiano reciente,
El Derbi de Italia, el clásico por excelencia del fútbol italiano, rompió todos los esquemas. No tuvo un ganador, pero ofreció un espectáculo como no se veía en años en la Serie A. Un enfrentamiento épico que Inter y Juventus (4-4), con ocho goles, volvieron a posicionar como uno de los duelos más impactantes del momento.
Ya en el primer tiempo sucedió de todo. El Inter, campeón del último ‘Scudetto’, vio cómo la Juventus le remontaba en dos ocasiones. La Juve, que solo había recibido un gol en las primeras ocho jornadas, permitió tres en apenas 37 minutos, y cuatro en total. Un ‘toma y daca’ constante, a toda velocidad, en una plaza histórica como San Siro. Yildiz, cuando su equipo parecía acabado, se encargó de igualar con un doblete final, dejando el marcador en empate.
Este clásico desafió todas las predicciones. Se olvidó de estadísticas. Dos equipos que aspiran al título, separados solo por un punto en la Serie A, se enfrentaron sin reservas, ambos buscando la victoria. Fue un duelo entre dos entrenadores de moda como Inzaghi y Motta, que cumplieron con las expectativas. Cada uno mostró sus armas tácticas sin perder el estilo que les caracteriza, en un juego atractivo y directo.
El espectáculo comenzó temprano a favor del equipo local, un Inter que inició mejor apoyado por su afición. Thuram se adelantó a Danilo en el área, y el defensor brasileño cometió un penal. Sin Calhanoglu en el campo, Lautaro parecía destinado a convertir, pero fue Zielinski quien asumió la responsabilidad y superó a Di Gregorio al minuto 15.
El Inter de Inzaghi se veía confiado, pero esa tranquilidad duró poco. El gol pareció ser el impulso que necesitaba la Juve de Motta para encenderse y volverse imparable. Ataques rápidos por ambos costados, ocupación perfecta de los espacios y gran interpretación de cada jugada; así fue la Juve en los 15 minutos posteriores al gol inicial.
Con un Conceicao imparable en la banda, la Juve volteó el marcador y silenció San Siro. Primero, con el gol de Vlahovic al minuto 20, tras un pase perfecto de Cabal y una definición contundente del serbio. Poco después, Conceicao hizo una jugada impresionante, superó a Mkhitaryan y asistió a Weah, quien amplió la ventaja.
El espectáculo no cesó. Siete minutos después, el Inter volvió a empatar. Mkhitaryan, con un golazo desde la frontal del área tras una doble pared, primero con Pavard y luego con Thuram, logró el 2-2. Apenas un minuto después, el Inter obtuvo otro penal tras una falta de Kalulu sobre Dumfries. Zielinski completó su doblete y puso el 3-2 antes del descanso.
El medio tiempo pareció sentarle mejor al Inter, que al inicio de la segunda mitad dominó. Dumfries avisó con una oportunidad nada más salir del vestuario y en el minuto 53 marcó el 4-2, dejando a la Juventus casi sin respuesta. Pero el Inter no logró definir otras oportunidades, y eso terminó costándoles caro.
En un partido de este nivel, perdonar significa sufrir las consecuencias. La Juventus, gracias a un cambio decisivo de Motta al introducir a Yildiz, logró rescatar el empate. Yildiz, quien tomó las riendas en los últimos minutos, puso el 4-3 al minuto 70 con un disparo cruzado y luego anotó el 4-4 definitivo al 82, justo cuando la Juventus volcaba su ataque. Este clásico de Italia, sin dueño, brindó un espectáculo digno de recordarse. El único beneficiado es el Napoli, que sigue más líder que nunca.