Para los que pensaban que sería un día de campo, no lo fue, e incluso puede ser una de las derrotas más dolorosas para el Real Madrid en la UEFA Champions League. Ni Mbappé, ni Vinícius Jr. pudieron salvar al gigante europeo en la competición y dos zarpazos de Declan Rice siempre serán recordados en el colectivo merengue.

Uno de los más cercanos a los goles que marcó el jugador de los "Gunners" fue el mismo jugador francés, quien fue captado por las cámaras al momento de reaccionar al segundo tanto de los dos tiros libres que hizo efectivo.

La reacción de Kylian Mbappé al segundo gol de Declan Rice

Así lo publicó la cuneta de CBS Sports Golazo, un pequeño suspiro del delantero francés al gol al ver cómo cayó el 2-0 del Arsenal, un resultado que ya era muy doloroso y que terminaron por ampliar por la vía de Mikel Merino.

El partido entre el Arsenal y Real Madrid

Días y días advirtiendo del peligro a balón parado, y el Real Madrid lo comprobó en carne propia. Declan Rice, con los dos primeros goles de falta directa de su carrera, y Mikel Merino, con un zurdazo letal, fulminaron a un equipo blanco desdibujado, que necesita un milagro para no quedarse fuera de las semifinales.

El Emirates explotó en una segunda parte de ensueño. Con varias bajas y sin títulos en cinco años, el Arsenal se dio un baño de grandeza europea ante un Madrid que salió a empatar y terminó noqueado. Ni la experiencia, ni Mbappé —que falló un mano a mano clave— pudieron evitar la debacle.

Nicolas Jover, especialista en jugadas a balón parado, detectó la grieta: una barrera mal colocada por Courtois. Rice lo aprovechó con dos golazos que hicieron historia: el primero, el primer tanto de falta del Arsenal en eliminatorias de Champions; el segundo, directo a la escuadra, digno del mejor Juninho.

Merino cerró la faena con un disparo medido que dejó al Madrid tocado y hundido. Ya sea en Liga contra el Valencia o en Europa contra el Arsenal, el equipo de Ancelotti transmite lo mismo: está caído.

Ahora, solo el Bernabéu y otro milagro parecen sostener una esperanza. Pero algún día, hasta los milagros se acaban.