El Manchester City sufrió un golpe importante el martes al perder 2-3 contra el Real Madrid en la ida del playoff de la Champions League, lo que deja al equipo de Pep Guardiola en una situación complicada. A pesar de la derrota, el técnico español no dudó en cargar sobre sí mismo la responsabilidad de la situación, repitiendo una frase que ya había dicho anteriormente: “No soy lo suficientemente bueno”. Esta declaración, que refuerza el sentimiento de frustración por la inestabilidad del equipo, refleja la presión que siente el entrenador ante el desafío de revertir los resultados.

Guardiola, conocido por su exigencia y enfoque en la perfección, hizo un análisis autocrítico tras la caída frente al Real Madrid, apuntando a los errores que han afectado al rendimiento del equipo durante toda la temporada. “En este momento no somos estables”, afirmó el entrenador, reconociendo que las caídas ante equipos como el Manchester United o el Feyenoord han evidenciado la falta de consistencia del City, un aspecto que no se puede permitir en la recta decisiva de la temporada.

El equipo enfrenta un febrero cargado de retos. Con el Newcastle en su camino este sábado en la Premier League, seguido de la vuelta contra el Madrid en la Champions League, Guardiola sabe que el margen de error se reduce. La necesidad de un cambio de mentalidad y actitud es urgente si el City quiere seguir peleando en todas las competiciones. El calendario, con la visita de Liverpool y Tottenham, no da tregua a los “citizens”, quienes deben mejorar rápidamente si quieren volver a ser los contendientes que dominaron la temporada pasada.

A pesar del golpe emocional de la derrota ante los blancos, Guardiola mostró su habitual determinación. "Nos enfrentamos al Newcastle, luego tenemos que ir al Bernabéu", dijo con la esperanza de que su equipo se recupere y logre revertir la situación. El entrenador destacó que, aunque el resultado fue amargo, hubo aspectos positivos en el juego de su equipo que deberán aprovechar para salir de esta crisis.

John Stones, defensor del City, también compartió el sentir del vestuario, señalando el enfado y la frustración tras la derrota. Sin embargo, dejó claro que el equipo debe dar un paso al frente y asumir la responsabilidad de las decisiones y errores cometidos, especialmente en los momentos difíciles. La presión es máxima para Guardiola y su equipo, pero aún queda mucho por decidir en la temporada.