El Real Madrid afrontó en Anfield el reto más difícil de la fase de grupos de la Champions League, con la necesidad de obtener un buen resultado tras las derrotas frente a Lille (1-0) y Milan (3-1). Sin embargo, el equipo volvió a mostrar una versión pobre, cayendo 2-0 ante el Liverpool. Este tropiezo dejó en evidencia fallos individuales y estratégicos, señalando a varios jugadores y al entrenador Carlo Ancelotti.

Mbappé, lejos de liderar

Con Vinícius Jr. fuera por lesión, todas las miradas estaban puestas en Kylian Mbappé para liderar el ataque. Pero el francés no estuvo a la altura de las expectativas. Su penalti fallado fue el error más evidente, pero no el único. Regates frustrados, pases imprecisos y disparos fallidos marcaron su actuación, reforzando las críticas recientes sobre su falta de consistencia en escenarios importantes.

Arda Güler, superado por la ocasión

Carlo Ancelotti apostó por Arda Güler como titular, pero el joven mediocampista no logró aprovechar la oportunidad. Nervioso y desbordado, cometió errores técnicos inusuales en él. Fue sustituido en el minuto 55 por Dani Ceballos, dejando pasar una valiosa ocasión de demostrar que puede ser relevante en el equipo.

Ancelotti, bajo presión

Las decisiones de Carlo Ancelotti están en el ojo del huracán. Con una plantilla afectada por múltiples lesiones, el técnico italiano optó por improvisar con Fede Valverde como lateral derecho antes de dar entrada a Lucas Vázquez, quien generó un penalti en un intento por cambiar el rumbo del partido. A pesar de los ajustes tácticos, el equipo se mostró desconectado y sin respuesta ante la intensidad del Liverpool.

Lo positivo: Courtois y Camavinga

En medio de una noche para el olvido, Thibaut Courtois fue nuevamente el salvador del equipo con paradas clave que evitaron un marcador más abultado. Por su parte, Eduardo Camavinga brilló en el centro del campo hasta que una lesión lo obligó a retirarse, sumándose a la larga lista de bajas del conjunto blanco.

¿Y ahora qué?

La derrota deja al Real Madrid en una posición comprometida en la clasificación de la Champions League, con la presión al máximo. Ancelotti y sus jugadores deberán reaccionar rápidamente para evitar nuevos tropiezos, aunque las críticas hacia Mbappé, Güler y el propio entrenador seguirán resonando mientras intentan salvar su campaña europea.