Un símbolo de orgullo hecho pedazos

Durante años, la frase “Soy solo un chico normal de Liverpool que ha cumplido su sueño” decoró una de las paredes cercanas a Anfield como emblema de superación y orgullo local. Era el mural dedicado a Trent Alexander-Arnold, el niño de West Derby que creció soñando con vestir la camiseta del Liverpool y que lo consiguió.

Sin embargo, en la previa del partido entre Liverpool y Real Madrid, ese mural amaneció completamente destruido. La figura del futbolista, pintada en 2019, fue cubierta con pintura blanca, y sobre ella apareció un mensaje tan directo como doloroso: “Adiós, el rata.” El ataque provocó indignación entre los vecinos y tristeza entre los aficionados que consideraban ese rincón un santuario del club.

De homenaje a símbolo de traición

El mural había sido creado por el grupo de aficionados The Anfield Wrap tras la conquista de la Champions League 2019 ante el Tottenham, cuando Alexander-Arnold era símbolo de la nueva generación de oro del Liverpool. Pero su salida al Real Madrid, anunciada al finalizar su contrato el pasado 30 de junio, cambió radicalmente la percepción de muchos.

Después de dos décadas en el club, su decisión de no renovar y marcharse gratis fue interpretada como una traición por buena parte de la afición. “Busco nuevos retos y experiencias fuera de casa”, dijo en su despedida, pero las formas de su salida dejaron una cicatriz profunda en el corazón de los hinchas.

Una ciudad dividida y un regreso incómodo

“Habrá división de opiniones, pero la mayoría sigue dolida. Algunos aplaudirán, otros lo abuchearán”, comentó a MARCA Juan Yagüe, periodista especializado en el Liverpool. En los alrededores de Anfield, el ambiente es tenso. Mientras unos creen que Trent merecía irse por la puerta grande, otros sienten que rompió el vínculo más sagrado entre un jugador y su club.

Las labores de restauración del mural comenzaron pocas horas después del ataque, pero el daño simbólico parece más difícil de reparar. Esta noche, cuando el Liverpool reciba al Real Madrid, Anfield tendrá la última palabra. Y Trent Alexander-Arnold, el chico que un día fue héroe, deberá escucharla.