Erling Haaland está ansioso de jugar su primer Mundial
Erling Haaland ha conquistado Europa a una velocidad sin precedentes. Con una colección de trofeos que incluye la Champions League y múltiples botas de oro, el delantero del Manchester City parece no tener techo. Sin embargo, detrás de las estadísticas de otro planeta, existe un deseo humano y ferviente que aún no ha podido cumplir: debutar en una Copa del Mundo.
Para Haaland, la ausencia de Noruega en las grandes citas internacionales se ha convertido en una asignatura pendiente que genera una ansiedad competitiva evidente. Tras quedarse fuera de Qatar 2022, el atacante ha dejado claro a su entorno y a la prensa que su prioridad absoluta es liderar a su nación hacia el Mundial 2026.
El peso de una nación
A diferencia de otras estrellas que brillan en selecciones históricamente potentes, Haaland carga con la responsabilidad de devolver a Noruega a un Mundial por primera vez desde 1998. "Jugar un Mundial es el sueño de cualquier niño, y yo no soy la excepción", confesó recientemente. Esta ansiedad no nace de la inseguridad, sino de un hambre de gloria que solo los escenarios más grandes pueden saciar.
Un escenario ideal
El nuevo formato de la FIFA para 2026, que contará con 48 selecciones, abre una puerta dorada para el equipo nórdico. Con una generación que incluye a Martin Ødegaard y un Haaland en plena madurez física y mental, las excusas se terminan. El mundo del fútbol también está ansioso; la ausencia del mejor "nueve" del momento en el torneo más importante es un vacío que pocos quieren repetir.
Para el androide, el 2026 no es solo una fecha en el calendario, es la oportunidad de demostrar que su dominio no se limita a los clubes, sino que es capaz de arrastrar a todo un país hacia la inmortalidad deportiva. La cuenta regresiva ha comenzado.












