Amir Tyson, hijo de la leyenda del boxeo Mike Tyson, está construyendo su propio camino como emprendedor y figura mediática, lejos del ring.

Un apellido pesado, una vida distinta

Ser el hijo de Mike Tyson no es cualquier cosa. La figura de “Iron Mike”, campeón indiscutido de los pesos pesados y símbolo absoluto del boxeo mundial, ha marcado la historia del deporte y también la vida de sus hijos. Pero Amir Tyson ha decidido tomar una ruta diferente: alejado de los cuadriláteros, se ha centrado en construir un camino propio como emprendedor, figura mediática e incluso referente de estilo.

¿Boxeador? No. Observador privilegiado, sí

El inevitable cuestionamiento sobre si seguirá los pasos de su padre ha rondado a Amir desde siempre. Su respuesta ha sido silenciosa pero firme: no necesita subirse al ring para demostrar quién es. Y aunque no sea boxeador, nadie duda de que tiene una comprensión profunda del deporte, alimentada por años de observar de cerca a uno de los íconos más influyentes en la historia del boxeo.
De hecho, Amir ha sido claro con su opinión respecto a otras celebridades que intentan incursionar en el boxeo. Luego de ver a figuras como Shaquille O’Neal entrenando con antiguos campeones, publicó en redes sociales:
“Hay tantos jugadores de la NFL y la NBA que podrían haber sido contendientes al título si hubieran optado por esta profesión”.
Con esta reflexión, demuestra tanto respeto por el deporte como claridad para identificar el talento, incluso fuera del circuito profesional.

El legado que está escribiendo

Se reconoce que creció bajo la mirada pública constante, con las ventajas y presiones que eso implica. Incluso se ha llegado a especular que ha tenido acercamientos al entrenamiento de boxeo, como cuando tuvo interés en retar a Logan Paul al ring, recibiendo la advertencia de su padre.