El demoledor dato que exhibe a Brasil en los últimos tres años
La selección brasileña atraviesa una de sus peores crisis en décadas. En los últimos tres años, el combinado más exitoso de la historia del fútbol mundial ha acumulado un dato demoledor: tres seleccionadores, resultados decepcionantes y una identidad perdida.
El despido de Dorival Júnior, confirmado este viernes tras la goleada 4-1 ante Argentina en Buenos Aires, refleja el caos que vive la CBF en la antesala del Mundial 2026. En apenas 16 partidos, Dorival registró 7 victorias, 7 empates y 2 derrotas, sin consolidar un estilo ni un equipo competitivo.
Un ciclo lleno de frustraciones
La etapa post-Tite comenzó tras el Mundial de Qatar 2022 con promesas vacías. La CBF apostó por técnicos interinos como Ramón Menezes y Fernando Diniz, mientras esperaba infructuosamente por Carlo Ancelotti, quien decidió renovar con el Real Madrid.
Durante ese periodo, Brasil firmó estadísticas históricamente negativas: cayó ante Colombia por primera vez en eliminatorias, perdió con Argentina como local por primera vez en la historia de los clasificatorios y fue eliminado en cuartos de final de la Copa América 2024 tras una pobre actuación.
Neymar ausente, Brasil sin rumbo
Desde octubre de 2023, Neymar no juega con la selección debido a su grave lesión de rodilla. Su ausencia ha dejado al equipo huérfano de liderazgo, y sin él, Brasil ha perdido casi la mitad de sus partidos. La Canarinha aún no encuentra a su nuevo referente.
Las estrellas no alcanzan
Brasil cuenta con jugadores de talla mundial como Vinícius Júnior, Rodrygo, Raphinha y Alisson, pero ninguno ha logrado tomar la batuta. Vinícius apenas suma 6 goles en 39 partidos, mientras que Rodrygo ha marcado 7 en 33.
Además, no hay reemplazo claro para Casemiro en el mediocampo, y la defensa ha mostrado fragilidades inusuales. Tampoco ha surgido un ‘9’ de nivel top, como en las épocas de Romário, Ronaldo o Adriano.
Con 21 puntos y en la cuarta posición de las eliminatorias sudamericanas, Brasil aún tiene margen, pero necesita un giro urgente. La gran pregunta es: ¿quién tomará el mando para devolver a Brasil a lo más alto?