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Tragedia en Serbia: un entrenador muere tras sufrir un paro cardiaco en pleno partido y sus jugadores quedan devastados al instante
El fútbol serbio se tiñó de luto tras una tragedia inesperada. Un entrenador perdió la vida en pleno partido ante la mirada atónita de sus jugadores.
Una tragedia en pleno campo
El fútbol europeo amaneció con una noticia devastadora. Un entrenador serbio del FK Radnicki 1923, Mladen Zizovic, falleció este fin de semana a los 45 años después de sufrir un paro cardiaco durante el partido frente al Mladost por la primera división de Serbia.
Zizovic se desplomó cerca del banquillo en el minuto 22, desatando escenas de desesperación entre los jugadores y el cuerpo técnico. Los servicios médicos acudieron de inmediato para intentar reanimarlo sobre el césped, pero tras varios minutos de maniobras sin éxito, fue trasladado de urgencia al hospital más cercano.
El momento que paralizó al estadio
Poco después, llegó la noticia que nadie quería escuchar: el entrenador no había sobrevivido. La información corrió rápidamente por el estadio, y las imágenes de los futbolistas del Radnicki 1923 derrumbados en el césped reflejaron la magnitud del golpe emocional.
El partido, que se había reanudado mientras el técnico era atendido, fue suspendido inmediatamente después de confirmarse su fallecimiento. Los jugadores abandonaron el campo entre lágrimas, acompañados por los aplausos del público y la solidaridad del rival.
El mensaje de la Federación Serbia
La Federación Serbia de Fútbol (FSS) expresó su profundo dolor a través de un comunicado oficial:
“La Federación Serbia de Fútbol ha recibido con pesar e incredulidad la noticia del repentino fallecimiento del entrenador del FK Radnicki 1923, Mladen Zizovic, quien murió durante el partido de la Superliga Mozzart Bet entre el Mladost y el Radnicki 1923 en Lucani. Su pérdida representa una enorme tragedia para toda la comunidad futbolística.”
El incidente dejó una huella imborrable en el fútbol balcánico. Más allá de los resultados o las rivalidades, la jornada quedó marcada por una certeza inapelable: en el fútbol, como en la vida, nada es más importante que la salud y la vida misma.
