El duelo entre Colo Colo y Fortaleza, correspondiente al Grupo E de la Copa Libertadores, terminó de forma abrupta cuando, en el minuto 72, el árbitro se vio obligado a suspender el partido debido a disturbios tanto dentro como fuera del Estadio Monumental David Arellano. La invasión de hinchas en el campo y la creciente tensión en las tribunas generaron un clima de inseguridad que llevó a los jugadores del equipo brasileño a abandonar la cancha.

Descontrol en las gradas

Las alarmas ya estaban encendidas antes del inicio del encuentro. De acuerdo con informes de las autoridades, en las afueras del estadio se produjo una avalancha humana cuando cientos de hinchas intentaron ingresar sin entradas, lo que llevó a la intervención de la policía. En el caos, dos aficionados perdieron la vida tras ser aplastados por una verja metálica, en un incidente que todavía está bajo investigación.

La tragedia se habría producido cuando un carro de la policía lanzó agua a presión para dispersar a los barristas, provocando que la estructura colapsara sobre las víctimas. La fiscalía chilena ya ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias de lo ocurrido y determinar posibles responsabilidades, tanto de los hinchas como de las fuerzas de seguridad.

A pesar de estos hechos, el partido arrancó con normalidad, con un estadio completamente lleno y una atmósfera cargada de tensión. Sin embargo, la noticia de las muertes se propagó rápidamente entre los aficionados, lo que incrementó el nerviosismo en las gradas.

El horror que vivieron los jugadores de Fortaleza en su visita a Colo Colo

El equipo brasileño fue protagonista involuntario de una de las noches más caóticas en la actual edición de la Copa Libertadores. Desde su llegada al estadio, los jugadores de Fortaleza fueron testigos del desorden en los accesos y el enfrentamiento entre hinchas y policías.

Durante el partido, la tensión no disminuyó. Cuando la invasión de campo se produjo en el minuto 72, los futbolistas del equipo visitante optaron por abandonar el terreno de juego en busca de resguardo. Según reportes de la prensa brasileña, algunos jugadores incluso temieron por su seguridad, ya que la violencia en las tribunas no cesaba y el personal de seguridad tardó en reaccionar.