El ambiente previo a la final de la Copa del Rey entre Real Madrid y Barcelona se ha tornado tenso tras la decisión del conjunto blanco de no asistir a los actos oficiales previos al encuentro. El club madrileño ha explicado su postura a través de su canal de televisión, señalando como motivo principal la “gravedad” de las declaraciones realizadas por los árbitros designados para el partido.

El Real Madrid justifica su incomparecencia en la "gravedad" de declaraciones arbitrales

A pocas horas del esperado duelo en La Cartuja, el Real Madrid sorprendió al anunciar que ni su entrenador, Carlo Ancelotti, ni ningún jugador del equipo comparecerían en la conferencia de prensa ni participarían en el entrenamiento oficial programado en el estadio. Tampoco asistieron a la cena protocolaria organizada por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), a la que tampoco acudió el presidente Florentino Pérez ni otro representante del club.

El club emitió un breve comunicado a través de un faldón en su canal oficial, en el que expresó su malestar con las declaraciones realizadas en rueda de prensa por Ricardo de Burgos Bengoetxea, árbitro principal del partido, y Pablo González Fuertes, encargado del VAR. Según la entidad, dichos comentarios traspasaron una línea que consideran inadmisible en la antesala de una final de tal magnitud.

La rueda de prensa del Real Madrid estaba programada para las 19:15 (hora local), justo después de la participación del Barcelona, que sí cumplió con todos los compromisos previos, incluido el entrenamiento en el escenario de la final. El equipo dirigido por Hansi Flick completó su sesión sin incidentes, mientras la ausencia del conjunto merengue no pasó desapercibida.

La tensión en torno al arbitraje ha marcado buena parte de la previa, especialmente después de que RMTV publicara un video recopilando decisiones polémicas de De Burgos Bengoetxea en partidos anteriores. En respuesta, los colegiados alzaron la voz en defensa del estamento arbitral, denunciando amenazas y ataques que reciben tanto en redes como en el terreno de juego.

La decisión del Real Madrid añade un capítulo más a la creciente tensión entre el club blanco y los árbitros. Todo apunta a que la final se jugará tal como está prevista, pero el clima no es el ideal para lo que debería ser una fiesta del fútbol español.