Lamine Yamal, la joya de apenas 17 años, volvió a brillar como el gran protagonista de la temporada para el FC Barcelona, que selló su título número 28 de LaLiga tras vencer de manera contundente al Espanyol en el derbi catalán. Un golazo suyo al minuto 53 fue el punto culminante de un partido que el conjunto de Hansi Flick dominó de principio a fin.

El escenario no podía ser más simbólico: el RCDE Stadium, donde los azulgranas ya habían festejado un campeonato hace algunos años, volvió a teñirse de blaugrana en una noche mágica para los culés.

Barcelona gana LaLiga de Lamine Yamal, Raphinha y Lewandowski; y en el Real Madrid deben de estar enfurecidos

Desde el inicio del partido, el Barça impuso condiciones. Con Raphinha y Robert Lewandowski encendidos, el equipo mostró una versión sólida y colectiva. Sin embargo, fue Lamine Yamal quien se llevó todos los reflectores con un disparo de larga distancia que se coló en el ángulo, imposible para el portero del Espanyol. Un gol que no solo adornó el partido, sino que selló una temporada brillante para el joven canterano.

Mientras tanto, en el otro frente, el Real Madrid hizo su parte para retrasar la celebración blaugrana. En un dramático final de partido frente al Mallorca, un gol en el minuto 95 del joven defensor Jacobo Ramón, jugador del Madrid Castilla, le dio la victoria a los de Carlo Ancelotti por 2-1. Hasta ese momento, el empate parcial con gol de Kylian Mbappé (tras el tanto inicial de Martin Valjent para el Mallorca) mantenía a los azulgranas como campeones anticipados. Pero el tanto salvador del joven merengue obligaba al Barça a ganar su partido.

Finalmente, el conjunto catalán no falló. Con la presión sobre los hombros, respondió con autoridad y dejó sin opciones al Espanyol. Ahora, con cuatro puntos de ventaja y tres fechas por jugar, el Barcelona levanta el trofeo gracias al talento emergente de Yamal, la experiencia de Lewandowski y el desequilibrio de Raphinha.

Una mezcla perfecta que ha devuelto la ilusión a la afición culé y, sin duda, ha dejado un mal sabor en el Real Madrid, que luchó hasta el final, pero no pudo impedir la fiesta blaugrana.