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Kylian Mbappé se acerca a la Bota de Oro en una noche de despedidas históricas en el Bernabéu
Kylian Mbappé volvió a demostrar su instinto goleador cuando más lo necesitaba. En un partido sin implicaciones deportivas para el Real Madrid, el delantero francés salió con una motivación especial: conquistar la Bota de Oro. Con Viktor Gyökeres ya fuera de combate y Mohamed Salah aún por jugar, Mbappé sabía que debía sumar al menos un tanto para tomar ventaja en la clasificación del prestigioso galardón europeo.
El primero de sus goles llegó en el minuto 38, tras un penalti sancionado por el VAR por una mano de Pablo Marín. Aunque Unai Marrero logró detener el disparo inicial, el rebote quedó servido para que el atacante merengue lo empujara sin oposición al fondo de la red. Ya en el tramo final, Vinícius le sirvió un pase filtrado que el francés definió con precisión al poste para firmar su doblete y alcanzar los 30 goles en LaLiga, lo que le otorga 60 puntos en la carrera por el premio, superando los 58,5 de Gyökeres y dejando a Salah la presión de marcar al menos tres goles en su último partido.
Despedidas que marcan una era
Sin embargo, el protagonismo del duelo no fue exclusivo de Mbappé. El Santiago Bernabéu vivió una noche cargada de emoción, lágrimas y homenajes. El adiós a dos leyendas eternas del madridismo —el técnico más laureado, Carlo Ancelotti, y el jugador con más títulos de la historia del club, Luka Modric— inundó de sentimiento las gradas, que no dejaron de corear los nombres de ambos durante todo el partido.

Era el fin de una era dorada. Con más nostalgia que fútbol, el Madrid puso punto final a una liga sin títulos, pero con un tributo a su historia reciente. Cada saque de esquina era un ritual de agradecimiento a Modric. Cada gesto de Ancelotti, una postal de despedida. El croata regaló una última pincelada de su magia con un túnel que levantó al público, mientras su cambio en el minuto 89 detuvo el partido: pasillo de jugadores, ovación atronadora y un abrazo eterno con Toni Kroos, que selló una despedida de leyenda. “Gracias Luka, tu gloria ya es eterna”, rezaba una pancarta que lo decía todo.
El contexto del partido
En lo futbolístico, el Real Madrid fue ampliamente superior a una Real Sociedad desdibujada, sin la intensidad ni el filo que mostró en otras etapas de la temporada. Mbappé, motivado por su objetivo personal, fue el más enchufado desde el inicio. A los 7 minutos ya había obligado a Marrero a una gran parada, y nunca dejó de buscar el gol.
También fue un día de despedidas discretas, como la de Lucas Vázquez, que jugó su último partido en casa con la camiseta blanca, fiel a su imagen alejada de los focos. Brahim, por su parte, encendió las alarmas con una nueva lesión muscular que preocupa de cara al Mundial de Clubes, aunque dejó paso al regreso de Vinícius, que revolucionó el tramo final del partido.
Mbappé, el líder del futuro
El francés, que ya tiene asegurado el Pichichi, ha cerrado su primera campaña en España con 42 goles en todas las competiciones, confirmando su impacto inmediato y su rol como líder del nuevo proyecto blanco. Su rendimiento ha ido de menos a más, y su hambre de títulos individuales está más viva que nunca.
Mientras el Real Madrid se despide de una temporada sin trofeos grandes, el futuro ya se asoma en el horizonte con Xabi Alonso al mando, y Mbappé como bandera. La emoción del presente convive con la esperanza de lo que viene, en una noche que quedará marcada como el fin de una era gloriosa.
