Jules Koundé se enfrentó a una situación particular bajo la estricta dirección de Hansi Flick en el Barcelona. A diferencia del enfoque de Xavi Hernández, quien solía imponer multas económicas que aumentaban con cada minuto de retraso y cuyo monto se destinaba a causas benéficas o actividades del equipo, Flick aplica un método más severo y directo: si un jugador llega tarde a un entrenamiento, pierde automáticamente la oportunidad de jugar en el siguiente partido.

Este régimen de disciplina refleja el carácter estructurado y puntual de Flick, quien, como es común en entrenadores alemanes, valora fuertemente la puntualidad y el compromiso. En el caso de Koundé, un retraso en la llegada a una práctica resultó en su exclusión inmediata del siguiente partido, que fue el encuentro contra el Alavés. Esta firmeza por parte de Flick tiene como objetivo reforzar la seriedad y responsabilidad dentro del equipo, transmitiendo el mensaje de que el tiempo y la puntualidad son elementos clave para el éxito colectivo.