El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, negó este lunes cualquier implicación en el presunto delito de estafa de 4,7 millones de euros, del que se le acusa junto a la sociedad CSSB Limited. La querella fue presentada por una familia que asegura haber invertido parte del premio de lotería que ganó en 2014, supuestamente bajo el asesoramiento del mandatario.

Declaraciones de la defensa de Laporta

"Nunca los había visto antes, ni era su abogado", afirmó Jordi Pujante, representante legal de Laporta, al referirse a la familia querellante. Según el abogado, el presidente del Barcelona no tuvo ningún vínculo directo con los inversionistas ni con las decisiones tomadas entre 2016 y 2018, cuando ocurrieron los hechos.

"Por lo que él sabe, han habido distintos inversores en proyectos empresariales que no han funcionado como se esperaba", añadió Pujante, quien calificó las acusaciones como una estrategia para "perjudicar su reputación".

En contraste, el abogado de la familia, Joan Comas, aseguró que Laporta "conocía ciertos asuntos vinculados al caso" y que mantenía contacto con su cliente, quien, según la querella, acudía regularmente al despacho del presidente para tratar temas relacionados con la inversión.

"Laporta ha reconocido la existencia de estos vínculos", subrayó Comas, quien cuestionó la falta de claridad en las explicaciones del dirigente y la ausencia de documentos clave, como extractos bancarios y pruebas del destino de los fondos.

Una investigación con antecedentes

El caso, inicialmente archivado por una jueza al considerar que no existía delito, fue reabierto por la Audiencia de Barcelona para completar diligencias pendientes. La defensa de Laporta confía en que las pruebas presentadas ratifiquen su inocencia y planea solicitar nuevamente el archivo de la causa.

Por otro lado, Comas insistió en que Laporta figura como "administrador solidario de Core Store", una empresa propietaria de un porcentaje de CSSB Limited, lo que según la parte querellante lo vincularía directamente con el caso.

Laporta, que compareció durante 45 minutos en la Ciudad de Justicia de Barcelona, abandonó el lugar sin hacer declaraciones. Su abogado se mostró confiado en que "no hay evidencias que incriminen" al presidente del FC Barcelona, mientras que los querellantes esperan nuevas diligencias que arrojen más luz sobre el caso.