El FC Barcelona ha dado un paso simbólico e impactante al confirmar que Lamine Yamal llevará el icónico dorsal ‘10’ a partir de la temporada 2025-26, camiseta que durante años lució Lionel Messi. El anuncio no solo causó revuelo entre la afición culé, sino que generó largas filas en la tienda oficial del club en los alrededores del Spotify Camp Nou, donde los fanáticos, emocionados, agotaron las camisetas con el nuevo número del joven prodigio.

Desde tempranas horas, cientos de seguidores –incluyendo familias completas y turistas internacionales– se volcaron al estadio para adquirir la nueva elástica del jugador de Rocafonda. El club supo capitalizar este fenómeno con una experiencia comercial centrada en Lamine, colocando su imagen en carteles, pantallas y rincones temáticos. La fiebre por el nuevo ‘10’ no solo simboliza el ascenso de una figura deportiva, sino también el nacimiento de un ídolo generacional.

Con apenas 18 años, Lamine Yamal ha firmado una temporada de ensueño, con 25 goles y 34 asistencias. Para muchos, es el heredero natural del legado que dejaron figuras como Ronaldinho, Rivaldo o el propio Messi. "El '10' solo podía ser para él", comentaban los aficionados mientras desembolsaban entre 114 y 184 euros por una camiseta que hoy representa mucho más que fútbol.

El pasado polémico de su padre, un peso silencioso

Pero mientras Lamine Yamal se convierte en símbolo de presente y futuro para el Barcelona, la figura de su padre, Mounir Nasraoui, vuelve a generar controversia. Un video viral de 2022 lo muestra con camiseta y bandera del Real Madrid durante un Clásico en el Santiago Bernabéu, cuando aún no se conocía públicamente su vínculo con el joven delantero culé. Las imágenes han resurgido, sembrando dudas sobre su fidelidad al Barça.

Además, Nasraoui ha protagonizado momentos mediáticos que incomodan al entorno del club: desde sus declaraciones comparando a su hijo con Maradona, hasta su célebre frase en una entrevista: “Aunque haya sido del Madrid, ¡me la pela! A mí quien me da de comer es el Barça”.

En sus redes sociales hoy solo se ven gestos de apoyo incondicional a Lamine, celebrando sus goles y luciendo orgullosamente la camiseta azulgrana. Sin embargo, el pasado madridista del padre, aunque lejano, sigue reapareciendo, generando ruido alrededor de un joven que solo quiere brillar con su fútbol.

En un contexto donde el Barcelona busca nuevos referentes, Lamine Yamal aparece como un faro de esperanza. Pero con un entorno tan mediático como el suyo, no solo sus actuaciones en el campo serán noticia. El desafío es claro: marcar una era… mientras las sombras del pasado familiar intentan seguir su paso.