El Arsenal perdió 0-1 ante el West Ham y prácticamente se despidió de la pelea por el liderato con el Liverpool. Un solitario gol de Jarrod Bowen dejó a los 'Gunners' sin reacción y, si los 'Reds' vencen al Manchester City, la diferencia podría llegar a 14 puntos.

Tras recortar cuatro puntos al Liverpool en las últimas tres jornadas, el equipo de Mikel Arteta tenía la oportunidad de presionar con una victoria ante un West Ham en la zona baja. Sin embargo, sin Kai Havertz, Gabriel Martinelli y Bukayo Saka, Arteta apostó por un ataque con Mikel Merino, Leandro Trossard y Ethan Nwaneri, pero la falta de ideas y profundidad condenó al Arsenal.

El West Ham, bien ordenado en defensa, esperó su momento y golpeó justo antes del descanso. Bowen, tras robarle el balón a Ødegaard, inició la jugada y la culminó con un certero cabezazo tras un centro de Aaron Wan-Bissaka. Fue su séptimo gol del curso, reafirmándose como el mejor del equipo.

El Arsenal intentó reaccionar en la segunda mitad con los ingresos de Zinchenko y Lewis-Skelly, pero sufrió un nuevo golpe cuando este último fue expulsado por una falta sobre Kudus, dejando a su equipo con diez jugadores a falta de 20 minutos.

Con uno menos, los 'Gunners' fueron incapaces de inquietar a Alphonse Areola y consumaron una derrota que los deja al borde del adiós en la lucha por el título. El Liverpool podría ampliar su ventaja a 14 puntos si vence al Manchester City este domingo.

Este resultado deja al Arsenal en una situación crítica, sin margen de error y dependiendo de un milagro para seguir en la pelea. Arteta deberá encontrar soluciones urgentes si quiere evitar que la temporada se le escape de las manos.