Cristiano Ronaldo, una de las estrellas más icónicas de la historia del fútbol, tuvo una abrupta y amarga salida del Manchester United, que dejó un impacto duradero tanto en los aficionados como en sus compañeros. La tensión se originó en la temporada 2022-2023 bajo la dirección del técnico Erik ten Hag, quien adoptó un enfoque rígido y disciplinario desde el principio de su mandato. Aunque el equipo necesitaba recuperar el control tras una serie de altibajos bajo la dirección de entrenadores interinos, algunos métodos de Ten Hag parecieron ir demasiado lejos, particularmente en su trato hacia Cristiano.

La situación estalló en octubre de 2022, cuando Cristiano se negó a ingresar como sustituto en un partido contra el Tottenham. Este acto de rebeldía, aunque fue visto como una falta de respeto por muchos, rápidamente evolucionó en una especie de enfrentamiento público entre la estrella portuguesa y el técnico. En respuesta, Ten Hag decidió imponer una sanción a Cristiano, ordenando que entrenara apartado del primer equipo. El castigo iba más allá de lo convencional: Ronaldo ni siquiera tenía acceso al vestuario principal, y cuando intentó recuperar un par de zapatillas, fue detenido por el personal del club. Al final, tuvo que pedir ayuda a un joven de la academia para que las recuperara, lo que muchos compañeros de equipo vieron como una humillación innecesaria.

El distanciamiento entre Cristiano y el club se profundizó hasta el punto de no retorno. Aunque su salida se produjo durante el descanso de la Copa Mundial de 2022 y fue relativamente limpia, el trato que recibió el delantero dejó una marca en el equipo y en los aficionados. Muchos se preguntaron si este era el tipo de disciplina que realmente necesitaba el equipo o si había sido una forma de establecer el poder de Ten Hag a expensas de uno de los jugadores más respetados en el deporte.

La salida de Cristiano no fue el único conflicto que trajo controversias al United bajo el liderazgo de Ten Hag. La situación con Jadon Sancho fue otro punto de discordia, con el jugador aislado durante meses y forzado a entrenar solo. Aunque finalmente Sancho salió en calidad de préstamo, primero al Borussia Dortmund y luego al Chelsea, el trato al joven inglés resaltó los problemas de manejo de Ten Hag. Jugadores y comentaristas empezaron a cuestionar si el técnico holandés había tomado decisiones excesivamente duras y si realmente estaban beneficiando al club.

A principios de 2024, cuando Sir Jim Ratcliffe y su equipo de Ineos compraron el 27.7% del club, la situación de Ten Hag volvió a ser evaluada. Ratcliffe y su equipo, aunque inicialmente apoyaron al técnico, comenzaron a notar que muchos de los problemas del equipo apuntaban a la falta de cohesión y liderazgo, algo que indirectamente señalaba a Ten Hag. Solo el inesperado triunfo en la FA Cup en mayo, que forzó una celebración improvisada sin preparación previa, le permitió al técnico holandés conservar su puesto, aunque con la advertencia de que las cosas debían mejorar drásticamente.

Finalmente, en un giro que algunos veían venir, Ten Hag fue reemplazado por Ruud van Nistelrooy. Este cambio trajo algo de alivio a la plantilla y tal vez la esperanza de un futuro más estable y exitoso. Sin embargo, para muchos, el recuerdo de la salida de Cristiano y la estricta disciplina de Ten Hag sigue siendo un episodio amargo en la historia reciente del Manchester United.