El futuro del Manchester United atraviesa una de sus etapas más turbulentas en décadas. Tras una temporada desastrosa que culminó con una dolorosa derrota ante el Tottenham en la final de la Europa League disputada en Bilbao, el club inglés se enfrenta a una grave crisis financiera que lo ha obligado a tomar medidas drásticas: ningún jugador es intransferible, ni siquiera su capitán, Bruno Fernandes.

Todos en el mercado... incluso Bruno Fernandes

Según informes del Guardian y Sky Sports, la directiva del United ha abierto la puerta a ofertas por cualquier miembro del plantel, incluidos nombres como Casemiro, Harry Maguire, Luke Shaw, André Onana, Rasmus Højlund, Kobbie Mainoo, Alejandro Garnacho y el propio Bruno Fernandes. La derrota ante los Spurs no solo dejó al equipo fuera de la Champions League, sino también fuera de cualquier competición europea por primera vez en 35 años, provocando una pérdida estimada de hasta 100 millones de libras esterlinas en ingresos.

La presión económica es abrumadora. El club ha registrado más de 300 millones de euros en pérdidas en los últimos tres años, lo que ha forzado a Sir Jim Ratcliffe a lanzar un plan de ajuste que incluye la eliminación de aproximadamente 450 puestos de trabajo. Además, los propietarios han limitado el presupuesto de fichajes a menos de 100 millones de libras (unos 118 millones de euros), una cifra muy inferior a las inversiones de temporadas anteriores.

Dentro de este nuevo escenario, fichajes como el de Florian Wirtz, valorado en más de 150 millones de euros, están completamente descartados. El United se centrará en objetivos más realistas como Matheus Cunha, delantero del Wolverhampton, cuya cláusula ronda los 74 millones de euros, y podría quedarse sin margen para fichar a otras prioridades como Liam Delap, cuyo precio se estima en 35 millones.

Rúben Amorim, quien sigue contando con el respaldo de la directiva pese al mal curso del equipo, tendrá que construir su proyecto con recursos muy limitados y apostar por oportunidades de mercado, como el caso de Rayan Cherki, quien termina contrato con el Lyon en 2025.

El Manchester United está en pleno proceso de reestructuración. Su prestigio histórico no es suficiente para retener a sus estrellas ni para atraer nuevos talentos sin el incentivo de competiciones europeas. El mensaje es claro: todos están a la venta y solo las mejores ofertas marcarán el rumbo de un club que toca fondo en lo deportivo y en lo económico.