El Manchester United está considerando seriamente la posibilidad de construir un nuevo estadio con capacidad para 100,000 espectadores, en lugar de renovar el actual Old Trafford. La decisión de optar por un estadio completamente nuevo se debe a la necesidad de asegurar un futuro sostenible para el club, dados los altos niveles de demanda de entradas.

Un grupo de trabajo conjunto, que incluye a figuras prominentes como Lord Sebastian Coe, el alcalde de Manchester Andy Burnham, y Gary Neville, ha estado evaluando las opciones disponibles. Aunque la renovación del actual estadio se ha considerado, la opción de construir un nuevo estadio desde cero en terrenos adyacentes a Old Trafford parece ser la más favorable. Esta decisión permitiría al equipo continuar jugando en su histórico hogar durante el proceso de construcción.

El nuevo estadio, con un coste estimado de más de £2 mil millones (2537 millones de dólares), superaría significativamente el coste de la renovación, que se calcula en aproximadamente la mitad de esa cantidad. No obstante, la propuesta de una nueva construcción está ganando fuerza debido a su potencial para mejorar radicalmente la experiencia de los fanáticos y regenerar la zona de Trafford.

Jim Ratcliffe, quien prefiere un nuevo estadio en lugar de una renovación, considera que esta es la mejor manera de avanzar. Se están explorando diversas opciones de financiamiento, incluyendo la posibilidad de que Ratcliffe aporte fondos, la venta de derechos de nombre para patrocinio, y la obtención de préstamos. Sin embargo, el club es consciente de la controversia en torno a la acumulación de deuda, especialmente después de los años de propiedad de los Glazer.

El diseño del nuevo estadio se está considerando cuidadosamente para mantener elementos históricos de Old Trafford, como los característicos ladrillos rojos y el distintivo techo. La idea es evitar un acabado demasiado moderno, preservando el legado y la identidad del club.

El grupo de trabajo también está centrado en cómo un nuevo Old Trafford podría revitalizar la economía local, similar a lo que ha ocurrido con el estadio SoFi en Los Ángeles. El estadio SoFi ha transformado Inglewood con nuevas tiendas, restaurantes y atracciones, y el United cree que un efecto similar podría ocurrir en Trafford.

Se espera que el proceso de construcción del nuevo estadio tarde unos seis años desde el inicio hasta la finalización. Durante este tiempo, el Manchester United continuará jugando en el actual Old Trafford, minimizando las interrupciones para los fanáticos y el equipo.

El compromiso con los fanáticos es una prioridad, y se establecerá un subgrupo de trabajo enfocado en la consulta con la comunidad, que incluirá a Duncan Drasdo, CEO de Manchester United Supporters Trust (MUST). Se realizarán consultas para asegurar que las opiniones de los fanáticos y la comunidad local se tomen en cuenta en el desarrollo del nuevo estadio.

El Manchester United está, por tanto, en camino de tomar una decisión transformadora que no solo mejorará la experiencia de los fanáticos, sino que también podría revitalizar la economía local, asegurando que Old Trafford siga siendo un ícono del fútbol mundial.