Años de venganza reprimida cobrados en una sola semana. En cuestión de días, el Liverpool saldó cuentas pendientes con el Real Madrid, al que derrotó en la Liga de Campeones (2-0), y con el Manchester City, al que superó para ampliar su ventaja a once puntos en la Premier League con otro triunfo por 2-0. 

Los Reds, tras vencer a su némesis en Europa a mitad de semana, se cobraron revancha contra el equipo que les arrebató dos títulos de liga por un solo punto, agravando la crisis de un Pep Guardiola que no ha conocido la victoria en sus últimos siete encuentros (seis derrotas y un empate). El entrenador español presentó en Anfield un equipo que lucía intimidado.

Una presión asfixiante que no dejó respirar al City

El Liverpool olía a sangre. Sabía que el Manchester City estaba herido, desbordado por una situación inédita bajo el mando de Guardiola. Desde el silbatazo inicial, el equipo local salió con una presión intensa, dificultando cada pase del arquero Stefan Ortega y obligando a los centrales a cometer errores bajo presión.

Le tomó veinte minutos al City cruzar la mitad del campo, tiempo en el que el Liverpool pudo haber anotado varios goles. Virgil van Dijk estrelló un cabezazo en el poste, y minutos después, otro intento suyo pasó rozando el arco. En medio de estos intentos, apareció Mohamed Salah para brillar.`

El egipcio, en un momento crucial de su carrera, encaró a su marcador y envió un centro-chut al segundo palo, donde Cody Gakpo se lanzó para conectar el primer gol del partido. Aunque el tanto fue obra del neerlandés, la grada ovacionó a Salah, su "rey egipcio", quien podría estar viviendo sus últimos meses en Anfield.

La sentencia llegó en la segunda mitad

En la segunda parte, el equipo dirigido por Arne Slot siguió generando oportunidades, pero también desperdiciándolas. Salah falló un mano a mano contra Ortega, y Trent Alexander-Arnold vio su disparo bloqueado a quemarropa. Gakpo también estuvo cerca de anotar de nuevo, tras dejar en el camino a Kyle Walker, pero su remate fue detenido por el arquero alemán.

Finalmente, el segundo gol llegó gracias a una acción de Luis Díaz, quien recuperó el balón, encaró a Ortega y provocó un penalti claro. Salah, desde los once pasos, fue contundente y dejó claro que merece una renovación con el club. 

Con esta victoria, el Liverpool toma una ventaja significativa en la lucha por la Premier League, mientras que el Manchester City y Guardiola enfrentan una crisis histórica, con cánticos de la afición rival que sugieren un posible fin de su etapa en el equipo.