El francés Rudi García, que fue destituido como entrenador del Napoli tras cinco meses en el cargo, se despidió del club partenopeo y su afición con un escueto mensaje en redes sociales en el que señaló que "no es así como imaginaba" su salida.

"No es así como imaginaba despedirme de los aficionados napolitanos que me han apoyado desde el primer día. A ellos, a los jugadores y a las personas cercanas al equipo va mi más sincero agradecimiento", publicó en su cuenta oficial de Twitter.

El entrenador evitó mención directa al presidente del club, el italiano Aurelio De Laurentiis, aunque deseó para su ex equipo la mejor de las suertes.

"Mucha suerte para la continuación en la liga y en la Liga de Campeones. RG", finalizó.

García fue sustituido por el italiano Walter Mazzarri, una decisión que De Laurentiis tomó el martes, después de negociar también con el croata Igor Tudor, que pedía más meses de contrato, mientras que Mazzarri aceptó firmar solo hasta final de temporada.

Los días de García al frente del campeón del 'Scudetto' estaban contados desde su derrota ante el Empoli el pasado domingo. El anuncio de su despido se publicó en cuanto Aurelio de Laurentiis encontró sustituto para el ya ex técnico del equipo, que voló a Francia aprovechando el parón de selecciones.

Eran ya varios meses de descontento en Nápoles con Rudi García. La marcha del italiano Luciano Spalletti dejó al campeón del 'Scudetto' huérfano en el banquillo, pero parecía complicado que el proyecto no funcionase con prácticamente las mismas piezas.

Llegó Rudi García y tras 16 partidos, sólo ocho de ellos terminaron en victoria. Al Nápoles le toca ahora con Mazzarri comenzar de nuevo.

El último partido de Serie A ante el Empoli, una derrota ante un equipo en puestos de descenso, sumado al empate ante el Unión Berlín, debutante en Liga de Campeones, condenaron definitivamente a un García que ya llevaba varios meses en la cuerda floja.

García, que nunca acabó de ganarse el cariño de la afición, fue protagonista de enfrentamientos con jugadores como el delantero nigeriano Victor Osimhen, con el que discutió en mitad de un partido tras haberle sustituido; y culpable del descontento general de buena parte de sus jugadores por sus decisiones tácticas, entre ellos el georgiano Khvicha Kvaratskhelia, casi siempre sustituido en el minuto 70 y suplente el pasado domingo.