París 2024 se ha convertido, además de una de las ediciones más emblemáticas de los Juegos Olímpicos, en una edición de justicia para una decena de atletas que han recibido su medalla olímpica de ediciones anteriores por una serie de modificaciones por parte del COI en sus respectivas pruebas debido a casos de dopaje.

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Dentro de ese selecto grupo de atletas, se encontraba la velocista jamaiquina que actualmente tiene 54 años y recibió en París su medalla olímpica que debió haber ganado en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.

McDonald recibió su medalla olímpica de bronce que le correspondía en la prueba de los 200 m de los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, esto después de que la atleta estadounidense, Marion Jones, reconoció haberse dopado. La justicia le llego tarde, pero llego, al igual que la medalla olímpica.

En aquella prueba del 2000, McDonald terminó en cuarto lugar obteniendo únicamente un gran tiempo, la estadounidense Marion Jones ganó esa prueba, hasta que decidió confesar que había hecho trampa por haberse dopado y así mejorar su rendimiento. Jones, consiguió en esos Juegos una cantidad de cinco medallas que fueron devueltas al Comité Olímpico Internacional (tres oros y dos bronces).

17 años después, Jones confesó su dopaje en los juegos y una de esas medallas fue para McDonald, quien terminó esa prueba de 200 m en la cuarta posición y a solo siete centésimas de la medalla de bronce.

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Esta medalla es la tercera para la velocista de Jamaica, quien también gano medallas de oro y plata en la prueba e relevos 4x100 en Atenas 2004 y Sídney 2000.