El regreso a casa

Considerado uno de los mejores alas cerradas en la historia de la NFL, Rob Gronkowski volverá a ponerse los colores de los New England Patriots, el equipo con el que levantó los Super Bowls XLIX, LI y LIII. La noticia sacudió a la liga y generó un estallido de nostalgia entre los aficionados de Foxborough, quienes lo recuerdan como la pieza clave de la dinastía de Bill Belichick y Tom Brady.

El exjugador de 36 años explicó que esta decisión está inspirada por Susan Hurley, activista contra el cáncer y colaboradora cercana de sus fundaciones benéficas. “Ella lleva soñando con esto mucho tiempo. Robert Kraft dio el visto bueno y lo haremos realidad. Será un momento especial”, afirmó el cinco veces Pro Bowl. La historia añade un tinte humano y emotivo a su esperado regreso, que no solo será un acontecimiento deportivo, sino también un gesto cargado de simbolismo para la comunidad de Nueva Inglaterra.

Una carrera de leyenda

Gronk jugó 11 temporadas en la NFL, nueve con los Patriots y dos con los Tampa Bay Buccaneers, con quienes sumó su cuarto anillo en el Super Bowl LV. En todos ellos estuvo acompañado de Tom Brady, con quien formó una de las duplas más letales en la historia del fútbol americano. Su conexión dentro y fuera del campo se convirtió en una marca registrada: cada vez que Brady buscaba un pase decisivo en zona roja, Gronk aparecía.
En su trayectoria acumuló 621 recepciones, 9,286 yardas y 92 anotaciones, además de múltiples récords para un ala cerrada: más touchdowns en una temporada (17 en 2011), más juegos de 100+ yardas (32) y más recepciones en Super Bowl (23). A eso se suma su carisma fuera del campo, que lo convirtió en un ícono pop de la NFL, con apariciones en programas de televisión, reality shows y hasta en la lucha libre de la WWE, donde llegó a levantar un campeonato 24/7.

Un futuro en el Salón de la Fama

La noticia fue revelada durante la inauguración del Gronk Playground, parque infantil en Boston al que donó 1.2 millones de dólares. Lejos de los emparrillados, Gronkowski ha seguido mostrando su compromiso social y su faceta filantrópica, pero su corazón sigue ligado a New England. La posibilidad de volver a vestir el uniforme de los Patriots representa para él algo más que un regreso deportivo: es un cierre de círculo, un homenaje a sus raíces y a la afición que lo adoptó como héroe desde 2010.

Con todo lo que ganó y lo que representa, su destino parece escrito: el Salón de la Fama lo espera en Canton. Pero antes de que llegue ese momento, Gronk quiere escribir un último capítulo especial con el equipo que lo convirtió en mito, recordándole a todos que sigue siendo “el Gronk” que revolucionó la posición de ala cerrada y dejó una huella imborrable en la NFL.