Jamal Murray se despertó sintiéndose mal el día del partido y fue incluido como "cuestionable" apenas una hora antes del inicio contra el Oklahoma City Thunder. A pesar de la incertidumbre, el escolta dejó claro que nunca dudó en jugar.

“Siempre iba a jugar”, dijo Murray tras el encuentro, mostrando la fortaleza que Denver necesita en estos momentos decisivos.

Jugando 42 minutos, Jamal Murray rozó el triple-doble con 25 puntos, ocho rebotes y siete asistencias. Su energía imparable y su capacidad para anotar en momentos clave fueron fundamentales para mantener con vida la temporada de los Nuggets en casa y forzar un decisivo Juego 7.

El liderazgo de Jamal Murray

Aunque la garra y determinación de Murray se llevaron los reflectores, la victoria de Denver fue un esfuerzo colectivo. Nikola Jokic estuvo dominante como de costumbre, con 29 puntos, 14 rebotes y ocho asistencias, dirigiendo la ofensiva de los Nuggets con precisión.

Los jugadores clave Christian Braun y Julian Strawther destacaron en momentos decisivos, aportando puntos oportunos e intensidad defensiva que ayudaron a Denver a despegar en la segunda mitad.

El entrenador interino David Adelman elogió la fortaleza de Murray, revelando que al principio había una “alta probabilidad” de que no jugara debido a su enfermedad. Pero la voluntad y el espíritu competitivo de Murray cambiaron ese panorama, inspirando a sus compañeros y energizando a la afición.

Qué significa esta victoria para Denver

Con la serie empatada 3-3, los Nuggets viajarán a Oklahoma City para el decisivo Juego 7 a todo o nada. El equipo dependerá una vez más de la capacidad de Murray para anotar en momentos clave y crear juego, esperando que repita sus heroicas acciones y ayude a cerrar la serie.

Mientras los Nuggets se preparan para este partido decisivo, todas las miradas estarán puestas en Murray para ver si puede, una vez más, llevar a su equipo a la victoria y avanzar a las Finales de la Conferencia Oeste.