¿Árbitros chilenos en un partido clave de la selección peruana? ¿En serio?
Ser árbitro no es fácil. Cada decisión que toman es analizada con lupa y, a veces, la polémica los persigue sin importar qué hagan. Pero una cosa es el error humano y otra muy distinta es asignar a un equipo arbitral que, desde el saque, genera sospechas.
No quiero sonar como un hincha ardido, ni vengo a justificar las falencias futbolísticas de la selección peruana. Sé que Venezuela, hoy por hoy, está por encima en nivel de juego y que Perú tiene mucho por mejorar. Aun así, lo mínimo que se espera en un partido de esta magnitud es un arbitraje imparcial y sin sombras de duda.
Entonces, ¿a qué cerebro brillante se le ocurrió poner árbitros chilenos en un partido trascendental entre Perú y Venezuela? En Sudamérica hay árbitros de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Colombia, Ecuador, Bolivia… pero, curiosamente, nos ponen a jueces de un país con el que históricamente hemos tenido roces futbolísticos. Vamos, que esto es como poner un árbitro kuwaití en un Irán vs. Irak o un austriaco en un Alemania vs. España en plena Copa del Mundo. ¿En qué estaban pensando? En el Chile vs Paraguay el árbitro no fue peruano, fue brasileño. Y si fuera peruano, entendería la bronca de los hinchas chilenos.
No me meteré en si el gol anulado, la mano o la caída de Guerrero fueron decisiones acertadas. Es posible que los árbitros tuvieran argumentos para sostenerlas. Después de todo, son profesionales. Pero al ser chilenos, la percepción de parcialidad se amplifica y la sospecha de un "tongo" queda flotando en el aire. Y eso, señores, es culpa de la federación que decidió ponerlos ahí.
Al final del día, tanto Perú como Chile salen perdiendo con estas decisiones. Y aunque la esperanza es lo último que se pierde, seguiré alentando a la franja roja, esperando que algún día hablemos más de fútbol que de arbitrajes polémicos.