El Atlético de Madrid se enfrenta a un tramo de temporada que podría definir su destino en tres frentes: LaLiga, la Copa del Rey y la UEFA Champions League. 

Un calendario cargado de clásicos

En los próximos 40 días, los colchoneros jugarán tres veces contra el Barcelona y dos contra el Real Madrid, con la posibilidad de dejarlos fuera de la Copa del Rey y la Champions, respectivamente. La primera gran prueba será el 25 de febrero, cuando el Atlético visite Montjuïc en la ida de las semifinales coperas. Una semana después, recibirán al Barcelona en el Metropolitano en el duelo de vuelta, con un boleto a la final en juego.

Pero antes de eso, el desafío europeo será aún mayor. El 4 de marzo, el Atlético de Madrid visitará el Santiago Bernabéu en la ida de los octavos de final de la Champions, con la misión de tomar ventaja ante el Real Madrid. La vuelta, programada para el 12 de marzo en el Metropolitano, podría ser la oportunidad perfecta para dejar fuera al equipo blanco y cobrar revancha por las finales perdidas en 2014 y 2016.

Simeone y la clave del éxito: ir partido a partido

El técnico argentino es consciente de que un calendario tan exigente requiere máxima concentración. “La clave está en enfocarnos en el siguiente partido, sin pensar en lo que viene después”, ha repetido en más de una ocasión. Y no es para menos: además de los duelos con Barcelona y Real Madrid, el Atlético deberá medirse a equipos complicados como Valencia, Athletic Club y Getafe, quienes también buscan sus propios objetivos en LaLiga.

Este tramo de la temporada pondrá a prueba la resistencia del equipo rojiblanco. Si logran superar estos retos, podrían no solo aspirar al título en las tres competencias, sino también dejar en el camino a sus rivales históricos. Un desafío mayúsculo que convertirá cada partido en una batalla clave para la historia del club.