Después de un gris empate sin goles ante Ucrania, Bélgica celebró su clasificación para la siguiente ronda. Muchos jugadores se dirigieron a la parte de la grada donde estaba ubicada parte de su hinchada con la intención de saludar antes de despedirse, pero no los recibieron de buen grado.

Fueron recibidos con una sonora pitada y Kevin de Bruyne, el capitán de Bélgica, ordenó a sus jugadores que se marcharan al vestuario. Y así lo hicieron.

Después, ya en frío tras pasar por los vestuarios, algunos de los jugadores belgas atendieron a los medios, incluido el propio Kevin de Bruyne.

Después de decir que hicieron "todo" lo que pudieron para ganar el partido, el centrocampista se limitó a dar un escueto, pero directo mensaje hacia los hinchas. "Los necesitamos. Es lo único que puedo decir", respondió cuando le preguntaron por el incidente al finalizar el partido.

En esa misma línea se expresó Amadou Onana: "Es cierto que los silbidos de tu propia afición no nos hacen ningún bien. Los necesitamos. Estuvieron ahí a nuestro lado en los dos primeros partidos y estarán ahí en los octavos de final. Necesitamos que estén con nosotros empujándonos hacia la victoria".

Bélgica se enfrentará ahora a la Francia de Kylian Mbappé por un lugar en los cuartos de final. "Si queremos ser campeones de la Euro tenemos que ganar a los mejores igualmente. Tenemos que prepararnos bien", dijo al respecto Jeremy Doku.