El futuro de Marc-André ter Stegen en el FC Barcelona parece estar más fuera que dentro, tras una serie de conflictos con la directiva del club que han ido aumentando en tensión en los últimos meses. Según informó el diario Sport, el club ya tendría cerrado el fichaje de Joan García, portero del Espanyol, lo que marcaría un giro radical en la portería azulgrana. Esta apuesta por la juventud representa también una señal clara de que el alemán ya no entra en los planes del proyecto que lideran Deco y Hansi Flick.

El quiebre con el cuerpo técnico

El conflicto se agravó durante las semifinales de la Champions League, cuando el agente de Ter Stegen notificó a Deco que el guardameta estaba totalmente recuperado y listo para jugar. No obstante, el cuerpo técnico decidió mantener a Wojciech Szczęsny como titular, una decisión que el capitán no aceptó bien. A partir de entonces, su comportamiento cambió radicalmente: se ausentó de los viajes con el equipo, entrenó en solitario y se negó a pronunciar el discurso de despedida ante los aficionados tras el último partido en el Spotify Camp Nou, lo que causó malestar en la cúpula del club.

Desde el entorno del jugador aseguran que Ter Stegen se siente traicionado por lo que considera un trato injusto y personal por parte de Deco y Flick, a quienes acusa de filtrar información con el objetivo de forzar su salida. Pese a tener contrato hasta 2028, el portero no tiene intención de irse sin percibir el total de su salario. El club le habría ofrecido pagarle un año de contrato como compensación por la rescisión, propuesta que fue rechazada por el futbolista.

Cambio radical en la portería culé

Además, Ter Stegen no contempla aceptar ofertas de ligas exóticas y planea presentarse a la pretemporada para pelear por su lugar. Sin embargo, en el Barcelona ya tomaron una decisión: Joan García será el nuevo arquero titular, Szczęsny renovará su vínculo como segundo portero y Iñaki Peña saldrá del club. De concretarse este escenario, el alemán quedaría relegado al tercer puesto en la jerarquía, sin minutos garantizados ni siquiera en la Copa del Rey.

Lo que parecía ser una transición natural motivada por la edad y las lesiones recientes del guardameta, ha derivado en un conflicto abierto con tintes personales. Las tensiones han impactado la armonía interna del vestuario culé, donde Ter Stegen, uno de los capitanes y símbolos de la última década, vive ahora sus momentos más inciertos.

La puerta de salida está cada vez más cerca para el alemán, cuya historia con el Barça podría tener un desenlace abrupto, marcado más por la fractura interna que por los méritos deportivos que lo convirtieron en referente.