De estrella a descarte

Jack Grealish llegó al Manchester City en 2021 por 117 millones de euros, con la etiqueta de estrella y la esperanza de marcar época. Pero tres años después, su realidad es muy distinta: fue borrado por Pep Guardiola, no entró en la convocatoria del último Mundial de Clubes y su salida del club ya se ve como necesaria… aunque muy difícil de ejecutar.

El inglés tiene contrato hasta 2027 y un sueldo de casi 18 millones de euros por temporada, el segundo más alto del plantel solo por detrás de Erling Haaland. Esa cifra lo hace prácticamente intransferible. Nadie en Europa parece dispuesto a asumir ese gasto, y por eso Grealish se ha quedado en tierra de nadie: sin minutos, sin pretendientes firmes y sin espacio en el esquema del City.

Una patata caliente para Guardiola

Con la vuelta a los entrenamientos, Guardiola y el nuevo director deportivo, Hugo Viana, deben decidir qué hacer con el futbolista. Según la prensa inglesa, no hay ofertas concretas, y el supuesto interés del Nápoles es solo un rumor sin viabilidad económica. La única opción real es el Everton, que vería con buenos ojos un préstamo con opción de compra no obligatoria, y con gran parte del sueldo subsidiado por el City.

Sería un giro inesperado para un jugador que hace apenas dos años era titular indiscutible y disputaba hasta 4,000 minutos por temporada. Hoy, ni siquiera llega a 1,500 minutos y su rol ha sido cada vez más residual. De figura a banquillo; del banquillo al olvido.

¿Nuevo destino o caída libre?

A sus 29 años, Grealish sigue siendo un jugador con talento de sobra, pero su presente es sombrío. Ya no es portada por lo que hace en la cancha, sino por lo que representa: un fichaje millonario que no funcionó, y un salario altísimo que dificulta cualquier salida. Incluso su vida fuera del fútbol, siempre mediática, ha vuelto a eclipsar lo deportivo.

El Manchester City necesita respuestas, y el tiempo corre. La gran pregunta es si Jack Grealish tendrá una nueva oportunidad… o si ya vimos lo mejor de él.