El Tottenham Hotspur volvió a saborear la gloria continental al imponerse 1-0 al Manchester United en la gran final de la Europa League, celebrada en el estadio de San Mamés. Un gol en el tramo final del primer tiempo, adjudicado finalmente a Brennan Johnson, selló el triunfo del conjunto londinense, que suma así su cuarto trofeo europeo, tras conquistar la Recopa de Europa en 1963 y la Copa de la UEFA en 1972 y 1984.

El tanto de la victoria llegó a tres minutos del descanso, en una jugada desafortunada para los ‘Red Devils’. Pape Sarr mandó un centro desde la derecha que fue desviado por Luke Shaw dentro del área. Aunque en un primer momento se pensó que el autogol era del defensor inglés, Johnson alcanzó a rozar ligeramente el balón antes de que cruzara la línea de gol. Ese toque mínimo fue suficiente para que el tanto quedara en su cuenta y bastó para decidir el encuentro.

El United tuvo su ocasión más clara en el minuto 68, cuando Micky van de Ven salvó sobre la línea un cabezazo de Rasmus Højlund que ya se colaba. Fue una de las pocas llegadas de peligro de los dirigidos por Erik ten Hag, que volvieron a quedarse sin recompensa en una temporada marcada por la irregularidad.

Mientras tanto, el que fuera ídolo y goleador del Tottenham, Harry Kane, finalmente rompió su propia maldición de títulos… pero con otra camiseta. El delantero inglés se consagró campeón de la Bundesliga 2024/25 con el Bayern Múnich, gracias al empate 2-2 del Bayer Leverkusen frente al Friburgo, que matemáticamente le dio el título a los bávaros.

Kane se fue y llegó el título

Kane, de 31 años, conquistó así el primer trofeo de su carrera tras múltiples intentos frustrados con el Tottenham y la selección inglesa. Con 24 goles en la temporada, fue el principal referente ofensivo del Bayern. Paradójicamente, su salida del Tottenham coincidió con el primer trofeo del club desde 2008, cuando ganaron la Copa de la Liga.

La historia es caprichosa: mientras Kane celebra su primer título en Alemania, el Tottenham rompe su larga sequía en Europa. Una final que deja muchos simbolismos y una pregunta inevitable: ¿era Kane el problema… o simplemente llegó el momento de los Spurs?